El portazo del primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, al grupo del Partido Popular Europeo (PPE) abre una vía de agua en los democristianos europeos y deja la incógnita de con qué nueva familia política se aliará Fidesz, el partido húngaro en el Gobierno.

Orbán anunció ayer que retira a su formación del grupo que comparte con el CDU alemán de Angela Merkel o el PP español poco después de que la familia democristiana adoptase unas enmiendas que facilitaban la suspensión de los europarlamentarios húngaros por sus políticas de ultraderecha. Los socialcristianos pierden así a 12 de sus 187 diputados, pero sigue siendo la mayor familia política en un Europarlamento con 705 escaños.

La reacción del mandatario de Hungría fue adelantarse a la posible suspensión y renunciar por sí mismo. “Le informo de que los eurodiputados del Fidesz renuncian a ser miembros del grupo del PPE”, dijo Orbán en una carta dirigida al líder del PPE en la Eurocámara, Manfred Weber. El anunció no se hizo esperar después de que el PPE votara ayer enmendar sus normas internas para permitir acelerar la suspensión de la delegación húngara en su conjunto, en lugar de que ese procedimiento se hiciera de forma individual, diputado por diputado.

Orbán, que con sus políticas nacionalistas y cristianas se presenta como un “verdadero democristiano”, buscaba que el PPE adoptase posiciones más duras, por ejemplo, en cuanto a restringir aún más la migración. Numerosos democristianos europeos, como el propio Weber, consideran que el líder húngaro se ha alejado de los valores democráticos y debilita las libertades en su país.

tensión con weber y juncker

“Las enmiendas aprobadas son un claro acto hostil contra el Fidesz y sus votantes”, enfatizó Orbán, agregando que esas medidas “privan a los votantes húngaros de sus derechos políticos”, algo que consideró “injusto, antidemocrático e inaceptable”. Por eso, añadió en su misiva a Weber, la dirección del Fidesz optó por abandonar el grupo del PPE “de forma inmediata”.

Orbán también lamentó que “mientras miles mueren por la pandemia”, el PPE impulsa “medidas administrativas de suspensión” para “acallar a eurodiputados electos democráticamente”.

Weber, enfrentado desde hace años a Orbán, acusó ayer al Fidesz de haberse alejado de los principios básicos democristianos. El político criticó que Fidesz “ya no se basa en los valores” de figuras fundacionales de la UE, como el exprimer ministro francés Robert Schuman o el excanciller alemán Helmut Kohl, y son ellos quienes “se han alejado del Partido Popular Europeo” y no a la inversa, matizó.

“No necesitamos ningún tipo de lección sobre cómo proteger el orden, cómo definir nuestra familia o crear empleo”, advirtió a la formación húngara en referencia a sus postulados ultraconservadores. “Esto no va de la sustancia, va de provocaciones contra Europa, sobre derechos fundamentales y Estado de derecho”, concluyó Weber.

La formación de Orbán ya estaba suspendida dentro del PPE desde marzo de 2019, pero sus eurodiputados seguían formando parte del grupo democristiano en el Parlamento Europeo. El PPE también castigó el pasado diciembre a Tamás Deutsch, el jefe de la delegación de Fidesz en la Eurocámara, despojándolo de su derecho a hablar en sesiones plenarias y destituyéndolo de sus cargos en el grupo, tras comparar a Weber con la Gestapo nazi.

Las tensiones eclosionaron cuando el Gobierno de Orbán lanzó una campaña antes de las elecciones europeas de 2019 en la que acusaba al entonces presidente de la Comisión Europea (CE), el conservador Jean-Claude Juncker, de participar en un supuesto complot para traer a Europa millones de refugiados.