Las diferencias entre los países de la Unión Europea (UE) sobre cómo abordar la situación en el Mediterráneo oriental, con algunos países pidiendo sanciones contra Turquía por las prospecciones en esas aguas, y otros partidarios de rebajar tensiones, acapararon este jueves el inicio de la cumbre europea.

Aunque estaba previsto que el debate sobre el tema, considerado el más espinoso de la reunión extraordinaria que se celebra este jueves y viernes en Bruselas, fuera abordado durante la cena de trabajo de los líderes, finalmente el asunto trastocó la agenda, explicaron fuentes diplomáticas.

Esas discusiones "ocuparon tanto tiempo" que retrasaron el debate sobre otros asuntos, como los combates entre las fuerzas azerbaiyanas y armenias en la zona en conflicto de Nagorno Karabaj y el envenenamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni, que quedaron "pendientes" y serán abordados durante la cena, en la que se retomará también el tema del Mediterráneo oriental, según otras fuentes.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo hoy a su llegada a la reunión que hace falta "más estabilidad y predictibilidad y demostrar nuestra total solidaridad con Grecia y Chipre". "Hay varias opciones sobre la mesa" para tratar de resolver esas diferencias. Veremos qué orientación queremos", señaló.

La situación se ha complicado en las últimas semanas por el bloqueo cruzado causado por Chipre a las sanciones a Bielorrusia por fraude electoral y represión mientras no se aprueben también medidas contra Turquía por sus prospecciones en el Mediterráneo.

La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró prudente en relación con Turquía y abogó por tener en cuenta su papel como aliado en la OTAN y socio de la UE en la contención de los flujos migratorios al abordar la crisis en el Mediterráneo oriental.

"Pese a las dificultades, la UE tiene un gran interés en mantener una relación constructiva. Somos aliados en la OTAN y mantenemos un acuerdo para regular la migración", señaló Merkel.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, opinó que la solidaridad de los Veintisiete con Atenas y Nicosia "no es negociable". "Cuando un Estado miembro de la Unión Europea es atacado, amenazado, no se respetan sus aguas territoriales, es el deber de los europeos mostrarse solidarios", dijo Macron, y apostó por mantener un diálogo "exigente" con Ankara.

El primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, afirmó que los socios mostrarán su "solidaridad a los amigos griegos y chipriotas".

España, por su parte, "apuesta por el diálogo", y "opina que no es momento de sanciones", indicaron fuentes diplomáticas.

Chipre bloquea la unanimidad necesaria para imponer sanciones a los acusados de fraude en los comicios bielorrusos y de la represión de manifestantes posterior, si la UE no sanciona también a Ankara por las tensiones en el Mediterráneo.

Pese a la insistencia de Chipre en sancionar a Turquía, la UE reconoce que la tensión entre Atenas y Ankara se ha enfriado tras intensos contactos diplomáticos y la retirada de un buque exploratorio turco de aguas consideradas de la zona económica exclusiva griega.