El naufragio en aguas de Terranova del pesquero español "Villa de Pitanxo", con un balance provisional de cuatro marineros fallecidos, diecisiete desaparecidos y tres rescatados, es uno de los más graves que ha sufrido la flota pesquera española en las últimas décadas.

El "Villa de Pitanxo", hundido en aguas canadienses de Terranova, contaba con 24 tripulantes a bordo, 16 españoles y el resto originarios de Perú y Ghana.

El 19 de julio de 1984 desapareció el congelador gallego "Montrove", con 17 tripulantes a bordo, tras abandonar el puerto de Las Palmas, con destino al banco de pesca sahariano.

Casi un mes después, el 10 de agosto, veintidós marineros se dieron por desaparecidos y otros cuatro fueron hallados muertos al naufragar el pesquero onubense "Islamar III", a unas 15 millas de la costa marroquí.

El 30 de septiembre de 1991, dieciséis marineros desaparecieron -14 de ellos españoles- al naufragar el palangrero hispano-alemán "Frank-C", a 250 millas al oeste de Escocia. Sólo hubo un superviviente.

El 3 de octubre de 2000 murieron siete marineros y otros cinco desaparecieron en aguas irlandesas del Gran Sol en el naufragio del pesquero "Arosa", con base en Marín (Pontevedra) pero de bandera británica.

Cinco días más tarde, el hundimiento del pesquero "Amur" en aguas del Índico causó la muerte de ocho personas y otras seis se dieron por desaparecidas. El barco tenía bandera de Santo Tomé, pero era propiedad de una empresa de Las Palmas.

El 5 de septiembre de 2007, hubo cinco muertos y tres desaparecidos en el naufragio del pesquero "Nueva Pepita Aurora" a unas 14 millas de la costa de Barbate (Cádiz), cuando regresaba de faenar en Larache (Marruecos) con dieciséis tripulantes a bordo.

El 10 de marzo de 2014 tuvo lugar la última gran tragedia hasta hoy. El pesquero gallego de bandera portuguesa "Santa Ana" zozobró frente al Cabo Peñas, en Asturias, y perecieron ocho de sus ocupantes.