BILBAO. El condenado desempeñaba funciones de asistente personal durante los meses de mayo y junio de 2015 y en el transcurso de varios encargos en el interior de la vivienda de la persona que le empleaba se apoderó, "con un ánimo de enriquecimiento ilícito", de 39 cheques de dos entidades financieras.

Según consta en la sentencia, el condenado rellenó en los cheques la cantidad a cobrar al portador y, tras simular la firma, los presentaba para su cobro, de manera que se apropió en total de 64.850 euros.

El ministerio fiscal calificó los hechos constitutivos de un delito continuado de falsedad en documento mercantil, en concurso medial con un delito de estafa y pedía una pena de dos años de prisión para el acusado. La defensa del condenado y el resto de partes se mostraron conformes con esta petición.

Finalmente, la Audiencia Provincial le ha condenado a dos años de prisión por un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso con un delito de estafa. También le impone el pago de una multa de 1.200 euros y deberá indemnizar al perjudicado con la cantidad sustraída.