Ni por ingesta, ni por contacto: la peste porcina no afecta ni a los humanos ni a sus mascotas

Ni por ingesta de jamón, ni carne, incluso cruda, ni tocando a un animal contaminado… la población puede estar tranquila: la peste porcina no se contagia a los humanos ni a las mascotas que conviven con ellos como perros o gatos, ni siquiera si mordieran a un cerdo o jabalí infectado, las únicas especies que contraen la enfermedad.

"Hay seguridad absoluta, se puede comer jamón y chorizo tranquilamente en las fiestas navideñas", ha explicado Josep Solé, presidente de la Asociación de Veterinarios de Porcino de España y de Catalunya.

El impacto es económico porque no hay vacuna "para poder frenar la enfermedad", ha explicado el veterinario ante el actual brote en jabalíes en Catalunya, sin que se hayan detectado casos en granjas de cerdos.

Cuando se detecta un brote, hay que matar o controlar a los animales positivos, lo que implica un coste económico y un corte de las exportaciones, provocando la bajada de precios en el sector.

"A las personas no les pasa nada porque es un virus que no tiene tropismo para la especie humana", ha asegurado. Se transmite solo entre cerdos y jabalíes, "no afecta a las mascotas, ni a perros, ni gatos, ni conejos". "Las personas pueden estar totalmente seguras, aunque comieran carne infectada no les pasaría nada; tampoco a sus animales de compañía", ha insistido.

Un virus que no puede mutar

El virus de la peste porcina es distinto al de la gripe, que sí puede mutar y transmitirse entre personas y cerdos o aves; el virus de la peste porcina es estrictamente de cerdos y jabalíes.

Incluso si una mascota entrara en contacto con un cerdo contaminado, tampoco pasaría nada. El virus no puede multiplicarse ni colonizar otra especie que no sea la suya.

El problema con las mascotas no es de salud, sino de esparcimiento del virus, si acuden a zonas infectadas o de riesgo, porque pueden contribuir a diseminarlo, al igual que las personas. Se pueden pisar heces con presencia del virus y transportarlo sin saberlo, afectando a otros cerdos y jabalíes.

Los jabalíes se mueven mucho por el territorio, multiplicando el esparcimiento del virus; aunque en el brote en Cataluña, carreteras y otros factores limitan su movilidad. Para controlar la enfermedad, la única solución es erradicar a los animales enfermos, aunque los veterinarios confían en que se podrá contener el virus rápidamente gracias a las medidas adoptadas.