El Juzgado de lo Penal número 1 de Burgos ha condenado a una profesora a dos años de prisión, y seis de inhabilitación, por atentar contra la dignidad moral, despreciar y humillar a dos de sus alumnos, dos niños de cinco años con discapacidad, en un colegio de la provincia de Burgos.
La acusada, que reconoció los hechos en la vista oral celebrada el pasado abril, ha sido condenada por dos delitos contra la integridad moral cometidos por funcionario público a dos años de prisión cada uno, según la sentencia a la que ha tenido EFE.
También ha sido condenada, en conformidad, a una pena de seis años de inhabilitación especial para el ejercicio de empleo o cargo público, tres años por cada delito, y no podrá ni comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de las víctimas durante un periodo de tres años. Y deberá pagar una indemnización de 3.000 euros a cada uno de los menores por daños morales.
En la sentencia se recoge, sin embargo, un acuerdo de suspensión de la ejecución de la pena de prisión por un plazo de dos años, dentro de los supuestos recogidos por la ley en los que se considera más beneficioso evitar la cárcel, aunque debe cumplir una serie de requisitos. En concreto, no volver delinquir durante el plazo de la suspensión; cumplir con su responsabilidad civil; estar localizable; y participar en programas formativos relacionados con la actividad educativa y docente. De lo contrario, se revocará la suspensión e ingresará en prisión.
Vejaciones
Los hechos tuvieron lugar a principios del curso 2022-2023 en un centro educativo de la provincia, en el que la profesora, interina, era la tutora de un curso de 3º de Educación Infantil (5 años), al que acudían dos alumnos con discapacidad: uno con síndrome de Down y otro con una variante de Dandy Walker.
De acuerdo con la sentencia, ha quedado probado que la profesora "ejerciendo sus funciones de maestra, dentro del aula y en presencia del resto del niños" y "actuando con el deseo de menoscabar la dignidad, la integridad moral de los dos menores, de despreciarlos, humillarlos, de excluirlos del resto de sus compañeros" los metía en el baño de la clase cada vez que los niños no atendían a sus indicaciones, lloraban, gritaban o tiraban objetos.
En alguna ocasión llegó a cerrarles la puerta, y además esta acción la mantenía durante el tiempo que ella estimaba adecuado, apunta la sentencia. Los padres de los menores denunciaron los hechos en octubre de 2022, momento en el que la Consejería de Educación la suspendió de manera provisional de sus funciones, suspensión que se ha mantenido hasta la actualidad.