Doctora en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco (Mención Internacional. Premio Extraordinario de Doctorado), Virginia López de Maturana es profesora Agregada del Departamento de Historia Contemporánea de la UPV/EHU. Especialista en la historia de Euskadi en el siglo XX, es autora de La reinvención de una ciudad. Poder y política simbólica en Vitoria durante el franquismo, 1936-1975, obra por la que fue nominada al Premio Euskadi de Ensayo. Como coautora ha publicado numerosos trabajos entre los que destacan Diccionario ilustrado de símbolos del nacionalismo vasco (Tecnos, 2012), La Diócesis de Vitoria. 150 años de historia (Diócesis de Gasteiz, 2013), Álava insólita. Símbolos, mitos y lugares de memoria (Ediciones Beta/Sancho el Sabio, 2018), Testigo de cargo. La historia de ETA y sus víctimas en la televisión (Ediciones Beta, 2019) y El laberinto de la representación. Partidos y culturas políticas en el País Vasco y Navarra, 1875-2020 (Tecnos, 2021). Su último trabajo es la elaboración de la guía Memoria histórica con perspectiva de género, trabajo que ha desarrollado conjuntamente con la profesora Isabel Mellén (UNIZAR y UNED).
Acaba de presentar la guía ‘Memoria histórica con perspectiva de género’ escrita a cuatro manos con la profesora Isabel Mellén. ¿Cómo les llegó el encargo?
El encargo nos llegó a través de la consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, ante la necesidad que ha venido surgiendo en distintas instituciones vascas, fruto de la proliferación de trabajos de investigación que tengan como objeto la recuperación de la memoria histórica de las mujeres, así como de los colectivos más vulnerables.
¿En qué consiste esta guía?
La guía da, fundamentalmente, pautas para entender cómo elaborar cualquier trabajo de investigación histórica con perspectiva de género. Explicamos cómo funciona la metodología de la memoria histórica y de los estudios de género.
“Hemos avanzado mucho y la historia no la escriben los vencedores, sino los expertos”
¿Qué metas persiguen?
Se persigue la meta de la construcción de un relato histórico que incluya, como indicaba anteriormente, la memoria histórica de las mujeres y de los colectivos más vulnerables, o que tradicionalmente han sido excluidos de la historia oficial.
¿Para quién puede ser útil?
La guía puede ser útil para cualquier persona que se dedique a la investigación histórica en su sentido más amplio, pero también a docentes, a guías de turismo, personas que realicen publicaciones de cualquier tipo (libros, cómics, blogs…).
Durante la pandemia, y antes también, nos dimos cuenta de que la Ciencia está atravesada por sesgos de género que, en cierta forma, ponen en cuestión su carácter universal. Por ejemplo, cuando se estudian los efectos de los medicamentos, en ocasiones, no se tiene en cuenta a las mujeres y hay enfermedades femeninas que ni siquiera se estudian. ¿Cómo anda el panorama en el mundo de la Historia?
Al igual que en el caso de le medicina que comentas, en muchas ocasiones, la historia oficial no ha tenido en cuenta, ha obviado la participación de las mujeres.
George Orwell escribió en 1955 aquello de que la Historia la escriben los vencedores. ¿Cabría añadir… la escriben los hombres?
En la actualidad, hemos avanzado en la ciencia histórica, y la historia no la escriben las vencedores, sino los expertos. La ciencia histórica tiene una metodología que hay que respetar para realizar un relato histórico riguroso. Ahora lo que debemos hacer es incluir a la mitad de la población que hasta ahora estaba invisibilizada en ese relato.
“Ahora debemos incluir a la mitad de la población que hasta ahora estaba invisibilizada en ese relato”
No obstante, las relecturas que han hecho los vencidos sobre esa misma Historia canónica se han abierto un hueco importante dentro de la Academia, e incluso han echado abajo esa verdad oficial. ¿Cree que está cerca eso para el papel que la mujer ha desempeñado en la Historia?
Precisamente por esta cuestión la metodología de la memoria es útil. Los estudios de la memoria histórica, desde la I Guerra Mundial, han permitido recuperar la historia de colectivos de la sociedad que hasta el momento habían sido excluidos del relato oficial. También en el caso de la mujer va a ser así.
¿Cuáles son los estereotipos que, sobre la mujer, se reproducen en los estudios historiográficos?
La mala mujer, la víctima perfecta, la feminista…
¿Podría darme algún ejemplo concreto?
Bajo el tercer estereotipo histórico femenino, el de la feminista, encontramos a algunas mujeres fuertes o de gran personalidad del pasado que no se distinguieron en su día ni por su lucha a favor de la igualdad ni tampoco por tener un comportamiento de resistencia ante el patriarcado. Un caso claro del mal empleo del término para hacer referencia a una figura histórica es el de Frida Kahlo, una excelente pintora cuya obra no tiene este carácter reivindicativo y cuya vida personal tampoco refleja los valores del feminismo. De hecho, lamentablemente, sufrió violencia de género a manos de su pareja, el también pintor Diego de Rivera. Sin embargo, es el ejemplo perfecto para mostrar que las mujeres tienen personalidad propia y que no son reducibles a un mero estereotipo.
¿Cuáles son, en su opinión, los riesgos que entraña esta realidad?
La exclusión de la mujer del relato histórico.
¿Qué actitud o perspectiva debería adoptar un historiador o historiadora en su trabajo?
Una perspectiva profesional, de estudiar las fuentes con rigor, ampliando una visión a todos los sujetos que han protagonizado la Historia.
Como coautora de este trabajo, ¿qué le gustaría que pasase con su guía?
Que se utilizara para cualquier trabajo relacionado con la investigación histórica y que docentes de Universidad e institutos la utilizaran para explicar la historia a sus estudiantes.
Además de un análisis crítico, la guía ofrece una serie de pautas para corregir los sesgos de género en la narración histórica. ¿Cuáles serían las más importantes?
Por ejemplo, que para sostener la idea de que sólo los hombres han participado en el curso de los acontecimientos es necesario tergiversar la información histórica y ocultar la presencia de las mujeres. Uno de los recursos básicos de ocultación es la utilización de estereotipos de género actuales que se aplican hacia el pasado, haciéndonos creer que la situación de las mujeres no ha variado a lo largo de la historia y que siempre han cumplido roles que tienen que ver con los cuidados.