En los últimos meses se han detectado tres casos de Aujezsky en perros de caza de Euskal Herria, dos en Araba y un tercero en Nafarroa. Se trata de una enfermedad muy poco documentada, que se habría transmitido tras estar en contacto con jabalíes y que carece de cura, provocando la muerte del animal en menos de 48 horas. Aunque el virus no afecta a las personas, se sospecha que puede haber más casos, lo que ha hecho saltar las alarmas y se ha pedido a cazadores y veterinarios que ante sospechas, se comunique a las autoridades competentes.

Así lo indica el veterinario alavés Humberto Nogueira, quien ha realizado un artículo científico que se publicará en las próximas semanas y que recoge los dos casos de Araba con una precisión documentada pocas veces vista antes. “Es muy poco habitual encontrarse con perros enfermos de Aujezsky, porque mueren muy rápido y no hay tiempo para comprobarlo. Muchas veces se achaca a un envenenamiento”, cuenta. En su caso, el primer caso le llegó en noviembre, cuando un baserritarra le contó que su perro había fallecido tras rascarse compulsivamente la cabeza hasta prácticamente pelarla. “Hablé con la Diputación de Araba, mandamos al animal para analizarlo y dio positivo”, revela. Meses después, un cazador le envío un vídeo en el que se veía a uno de sus perros sufriendo un cuadro nervioso muy severo. “Era espectacular. No paraba quieto y no dejaba de rascarse. Tuve claro que era Aujezsky”, detalla. Tras sacrificarlo, el animal también dio positivo.

A ellos se ha sumado un tercer caso en Euskal Herria, en Nafarroa. “Hasta el 40% de los jabalíes tiene anticuerpos, pero el resto no. Parece que toda la zona norte debe estar afectada, por lo que los perros al tener contacto con ellos enferman”, cuenta Nogueira sobre una enfermedad que acaba con los canes en poco tiempo. “Pueden tener varios síntomas, pero lo más habitual es el babeo y un cuadro nervioso que les lleva a rascarse hasta automutilarse. Se trata de un picor salvaje que carece de cura”, indica.

El virus se transmite por el aire, por lo que los perros pueden contagiarse con solo oler los restos de un animal enfermo, incluso ya fallecido. “En el lance de la caza puede pasar cualquier cosa, así que es muy difícil prevenir. También puede darse al tener contacto con una placenta o con un pequeño jabalí que vague por el monte”, aclara el veterinario. Por ello, los casos de Aujezsky se dan principalmente en zonas rurales, a cuentagotas. “En los últimos años ha habido un caso en Galicia, otro en Cantabria y los tres de ahora entre Araba y Nafarroa. También ha habido en Normandía y en Estados Unidos”, explica, asegurando que los tres casos de Euskal Herria, más otro que se sospecha en Bizkaia, apuntan a una posible epidemia.

Sin cura

La enfermedad de Aujezsky carece de cura, por lo que los animales son sacrificados. El virus no afecta a los humanos, por lo que la prevención se centra en los animales. “Es muy difícil evitar el contagio en perros de caza. La recomendación es que no se deje al animal acercarse una vez esté abatido”, cuenta el experto.

Para el veterinario, estos tres casos pueden ser solo la punta del iceberg. “Me parece muy extraño que solo se detecten en zonas rurales. En las ciudades también tiene que haber”, asegura, por lo que hace un llamamiento a no bajar la guardia. “Es una enfermedad que ha estado muy oculta. No hay registros, por lo que toda la información es muy valiosa”, agrega, al tiempo que explica que en caso de detectar un posible rastro de la enfermedad hay que ponerse en contacto con las autoridades competentes.