Los vascos volvieron a respirar aire insalubre durante 2021, según recoge el Informe estatal de calidad del aire elaborado por Ecologistas en Acción que analiza los datos recogidos en 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 57 situadas en el País Vasco.

Entre sus principales conclusiones, destacan que durante 2021 la calidad del aire en España y el País Vasco mantuvo la mejora sustancial ya observada durante 2020, con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO 2), dióxido de azufre (SO 2) y ozono troposférico, y más matizada de los de partículas en suspensión (PM 10 y PM 2,5), en sus mínimos de la última década.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población vasca. En cambio, por la caída del ozono el territorio vasco no sufrió apenas contaminación que dañara la vegetación.

Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, no habría población que respiró aire contaminado ni superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación, por encima de los límites legales.

La estabilidad atmosférica primaveral activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El invierno en cambio resultó inestable y húmedo, favoreciendo la dispersión y deposición de los contaminantes típicos de esta estación (NO 2 y partículas). El relativamente moderado calor estival contribuyó al descenso del ozono, pese a la intensa ola de calor de mediados de agosto.

Los factores esenciales para explicar la mejoría de la calidad del aire durante 2021 son la restricción general de la movilidad y la contracción económica derivadas de las medidas adoptadas para combatir el covid-19, con la situación sanitaria y social vivida en los dos últimos años. El ozono es el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población. Las partículas (PM 10 y PM 2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO 2) en el aire siguieron afectando a toda la población salvo la de la Ribera. Según el análisis, todas las estaciones urbanas e industriales de Euskadi excedieron las nuevas recomendaciones de la OMS para el NO 2.

Según ha recordado Ecologistas en Acción, la Ley de Cambio Climático obliga a que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes cuenten con zonas de bajas emisiones antes de 2023. Los Ayuntamientos de Bilbao, Donostia y Vitoria-Gasteiz han contratado la delimitación de estas zonas sus ciudades, para cuya implantación están "recibiendo abundantes fondos públicos".