Izaskun Zarraga estudia el primer curso de programación mecánica. Según asegura esta joven desde siempre le había gustado el dibujo técnico. Por eso, lo primero que hizo fue diseño mecánico y al comprobar que tenía relación con programación se animó a dar un paso más y a estudiar programación mecánica. “Estoy haciendo prácticas y solo hay dos mujeres y no están en mi departamento. El mundo de la automoción es muy de hombres, pero no entiendo por qué no hay más mujeres trabajando en este sector. Dedicarte a esta labor nada tiene que ver con que uno sea hombre o mujer”, asegura.

Izaskun confiesa estar contenta con la decisión y con la formación que ha elegido cursar, pero no niega que la carga emocional que ello conlleva es enorme ya que entras en un mundo protagonizado por hombres y eso complica sobremanera el desarrollo de esa decisión. “Parece que siempre tienes que estar demostrando que eres un poco mejor para que nadie te cuestione”, explica esta mujer, ejemplo para que otras tantas busquen ese camino tan apasionante como otro cualquiera rompiendo tabúes en el ámbito laboral. “En mi clase somos dos mujeres y siempre estamos intentando hacerlo mejor para que no digan que por ser una chica no vas a llegar”, insiste. En este sentido, según Izaskun es importante el apoyo para eliminar de una vez esos prejuicios: “Es necesario contar que dentro del ámbito laboral hay otras muchas opciones muy interesantes que están ahí, pero que por razones sociales no se han abierto al mundo femenino”, asegura Izaskun. Por eso ella, al igual que el resto de las mujeres que participaron en la jornada para estudiantes en el Museo Marítimo cree necesario que tanto empresas privadas como las propias instituciones apoyen a las mujeres que deciden dar el paso y elegir profesiones poco comunes en el mundo femenino. “Es clave normalizarlo”.