Acompañando el otoño llegan el frío, el viento, la caída de las hojas secas y el cambio de hora. Esto significa que en la madrugada del 30 de octubre al domingo 31, se deberán ajustar los relojes al nuevo horario de invierno. En definitiva, esta madrugada a las 03:00 serán las 02:00 horas.

A pesar de que en 2018 la UE planteó la posibilidad de eliminar el cambio de hora, puesto que es obligatorio en toda la Unión, finalmente los por entonces 28 países miembros decidieron no abolir esta norma y aplazar el debate. De hecho, la propia Comisión Europea considera que la reducción del consumo de energía es una razón por la que mantener el cambio bianual. Sea como fuere, de momento, hoy podremos dormir durante una hora más o continuar durante una hora más de fiesta, dependiendo del ritmo de vida que cada uno tenga.

¿Y cómo nos afecta el cambio de horario físicamente? ¿Cuánto tiempo tarda nuestro organismo en adaptarse a la nueva cantidad de horas de sol diarias? Lo cierto es que es muy complicado universalizar la reacción de las personas, pero por norma general, la adecuación se produce tras el primer día bajo el nuevo horario.

¿Qué es el Trastorno Afectivo Estacional?

No obstante, mucha gente no consigue hacerse al nuevo curso solar y entre el 1% y 10% de la población se ve afligida por el Trastorno Afectivo Estacional (TAE) durante días o incluso meses desde el cambio horario, de acuerdo con el estudio "Trastornos afectivos estacionales, winter blues" de la Asociación de Neuropsiquiatría en el Estado.

Disminución de la actividad física, tristeza, ansiedad, cambios en el apetito, dificultades para dormir, pérdida de interés, sensibilidad, desconcentración o depresión pueden ser los síntomas de esta patología. La presencia del TAE es más común en países del norte como Suecia, Noruega o Finlandia, donde la cantidad de luz irradiada es menor que en la de los países del sur. Sin embargo, el informe afirma que "existen otros factores como polución, nubosidad y la escasez de luz debido a la construcción" que influyen en la aparición de este trastorno.

Para evitar que la falta de luz nos fastidie el otoño, debemos aprovechar la luz natural y tomar el sol. Es recomendable no utilizar dispositivos móviles a oscuras y realizar actividades relajantes, como leer un libro antes de ir a dormir. Además, es importante mantenerse activo, hacer deporte, comer ligero y pasar tiempo con amigos y familiares para combatir el sedentarismo y la tristeza.