Regularizar la situación de las personas migrantes “para que puedan trabajar y afrontar sus proyectos vitales”; la culminación de la transferencia de las políticas de acogida e integración de refugiados y solicitantes de protección, y la propuesta Share para dar una respuesta proporcional a las necesidades en materia de migración fueron las tres ideas principales expuestas ayer por la consejera de Igualdad, Beatriz Artolazabal, durante su reunión con la secretaria de Estado de Migraciones, Hana Jalloul, y el delegado del Gobierno español, Denis Itxaso.

En la reunión, en la que además del Gobierno vasco estaban representadas las tres diputaciones y los ayuntamientos de Gasteiz, Donostia, Bilbao e Irun, se analizaron los flujos migratorios de menores y jóvenes no acompañados -menas y jenas- y la situación administrativa en la que se encuentran estos colectivos tras su llegada a Euskadi. Entre otros aspectos, las instituciones vascas incidieron en los problemas y dificultades de integración que genera la ausencia de permisos de trabajo.

En este sentido, y con el compromiso de compartir responsabilidades, Artolazabal recordó a la secretaria de Estado la carta que remitió hace unas semanas al ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, para ofrecer la acogida en Euskadi de personas que se encontraban en el campamento de Moria, en Grecia, activando, a modo de propuesta, el mecanismo Share, que ya presentó el Gobierno vasco a las instituciones españolas y europeas y que establece unos parámetros cuantificables para repartir el esfuerzo de acogida.

La consejera reiteró la importancia del “acceso de todas las personas a los derechos en pie de igualdad” y de la “gestión de la diversidad en clave de ciudadanía”. Artolazabal también expuso que para la integración y la participación plena de las personas que vienen a vivir a Euskadi “es fundamental articular mecanismos ágiles que permitan la regularización de la situación administrativa de las personas migrantes para que puedan trabajar, aportar y organizar su proyecto de vida”. Y abogó por “una sociedad vasca, presente y futura, igualitaria en el acceso a los derechos ciudadanos, que facilite la igualdad de oportunidades de todas las personas, más cohesionada y más solidaria con los más desfavorecidos, respetando la diversidad”.

Cambiar la ley

Hana Jalloul, por su parte, trasladó a la consejera y los responsables forales y municipales las medidas planteadas por el Gobierno español para la inclusión de las personas migrantes, como el Decreto Ley que flexibilizó la contratación en el sector agrario y permitió a los jóvenes de entre 18 y 21 años, que hasta entonces tenían autorización de residencia no lucrativa, acceder al permiso de trabajo.

Según recordaron ayer Jalloul e Itxaso, los menores extranjeros no acompañados que llegan a Euskadi viven bajo la tutela de las diputaciones, pero al cumplir la mayoría de edad y convertirse en jenas salen de los centros de protección y, aunque viven acogidos por diferentes organizaciones sociales, se encuentran en una situación jurídica de gran incertidumbre. Hana Jalloul puso de manifiesto el análisis del Reglamento de Extranjería que está llevando a cabo la Secretaría de Estado de Migraciones para modificar los artículos que perpetúan esta situación de irregularidad sobrevenida, y se remitió a las palabras del ministro Escrivá, quien en diversas ocasiones ha manifestado su voluntad de llevar a cabo cambios en la Ley de Extranjería.

Minorías. La ciudadanía vasca detecta que existe discriminación hacia otras personas, sobre todo de minorías étnicas, pero en general considera que la sociedad es “más discriminatoria” que lo que lo es cada persona de manera individual, según las conclusiones de un estudio que ultima Ikuspegi. La viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia, puso de manifiesto que el informe evidencia que las minorías étnicas son las que generan un mayor rechazo, “en especial el pueblo gitano y personas de religión musulmana”. También revela la percepción social del denominado techo de cristal para las mujeres, esto es, que tienen más difícil el acceso a puestos de responsabilidad.