- ¿El Departamento de Educación ha contado con el Consejo Escolar de Euskadi para hacer el plan de fin de curso?

—En un primer momento de esta crisis la comisión permanente del Consejo decidió hacer un documento con una valoración de lo que estaba sucediendo. Y luego me consta que hay gente de la comisión que ha estado trabajando en el documento. Como Consejo no hemos participado, aunque sí ha habido gente del Consejo que ha trabajado directamente en la elaboración de ese documento. Personalmente, yo tengo la duda de si, como Consejo, no tendríamos que haber hecho algún planteamiento, quizás debamos hacer algún tipo de reflexión, sobre todo, de cara al curso que viene.

Las familias de la escuela pública están preocupadas porque sean ellas las que tengan que reforzar a los hijos en verano, como dijo la consejera. ¿Ese trabajo tienen que hacerlo las familias?

—Yo creo que hay que entender bien las palabras y leer bien el plan: “Se estudiará caso por caso para ver cuál es la situación”. No se trata que los chavales con algún problema tengan que hacer un cuaderno de vacaciones, como antaño, y estén cargados de deberes. Entiendo que es bueno que en verano hagas algo para reforzar algunas de las debilidades detectadas. Hay que enfocarlo desde ahí.

¿Qué lección saca de esta crisis?

—Que es una oportunidad increíble para repensar la educación y ojalá no la perdamos. Es una oportunidad para fortalecer los equipos de los centros. Es una oportunidad para ir a lo fundamental de la educación y eliminar lo superfluo. Es una oportunidad para que, de una vez por todas, tengamos claro que la mejor inversión que puede hacer una sociedad es preparar al alumnado para el mundo que viene y que es totalmente distinto del que hemos vivido hasta ahora.