AY situaciones familiares muy diversas como aquellas en las que algunos de sus miembros tienen necesidades especiales, que no tienen que ser únicamente enfermedades mentales. En estos casos, la atención hacia ellos debe ser también especial.

En primer lugar, es fundamental cubrir las necesidades básicas de estas personas intentando seguir, en la medida de lo posible, las rutinas que tenían -horarios, alimentación, tiempo de sueño, higiene...-, lo cual no es fácil en un momento como el actual. Evidentemente, las limitaciones de estas personas son muy variables y esto es especialmente importante en aquellas con dificultades de comprensión y de relación con el mundo exterior, para quienes un confinamiento en casa durante mucho tiempo puede resultarles sumamente ansiógeno.

En estos casos puede ser muy importante salir con ellos a la calle a dar un paseo, siempre que no tengan patologías de riesgo asociadas al covid-19. Para saberlo, lo mejor es ponerse en contacto con el especialista y que dé su opinión sobre la oportunidad de salir de casa con esa persona y en caso de que sea positiva esa medida, solicitarle que redacte un pequeño informe o certificado para enseñar a la autoridad competente en caso de necesidad.

Si bien es cierto que los familiares de estas personas ya están entrenados en atenderlas, la situación de confinamiento es algo nuevo que trastoca muchas de las rutinas que tenían con ellas -paseos, ir a la piscina, centro de día, fisioterapia...-, por lo que es necesario hacer adaptaciones y buscar apoyos.