A veces piensa que todo lo que está ocurriendo es una pesadilla de la que vamos a despertar una vez que amanezca, pero no. “Es real y duro como la vida misma”, confiesa Itziar Lazkano, a la que el confinamiento forzoso le pilló a cinco días del estreno de Madre Coraje en el Teatro Arriaga. “Fue de repente. Llevaba tiempo a un ritmo de ensayos, de muchos trabajo y de repente... todo se paró, sin tiempo para nada. En dos segundos, todo patas arriba”, confiesa. Lazkano intenta llevar la cuarentena de la mejor de las maneras, aunque reconoce que al principio lo pasó muy mal.

¿Cómo está?

-Ahora tranquila.

Lo ha pasado mal.

-Sí, al principio diagnosticaron a mi hijo Mario el covid-19 y hemos estado preocupados. Estuvo con fiebre, tos, cansancio... La verdad es que la médica de cabecera se ha portado fenomenal y le ha hecho el seguimiento. Está mejor y afortunadamente sus compañeros de piso están bien y nosotros, también.

¿Ha pasado miedo?

-Claro. No se sabe a lo que nos enfrentamos y no nos olvidemos que la gente se está muriendo sola en los hospitales. Estamos hablando de algo muy serio.

¿Cómo controla el miedo?

-Hago limpieza para que el miedo no aparezca. Tengo la casa como la patena.

No hay mal que por bien no venga.

-No nos queda otra que adaptarnos y superar esto de la mejor de las maneras.

¿Se mantiene en forma?

-Chica, antes no hacía ejercicio y ahora me recorro la casa ni sé cuantas veces con dos pesas a cuestas.

¡Se va a poner más buena de lo que ya estaba!

-Voy a salir que no me va a conocer nadie. Ja, ja.

¿Para qué le sirve este confinamiento?

-Para darme cuenta del ritmo al que vivíamos. Hasta que no paras no te das cuenta y yo... parar así nunca había parado.

Las pocas cosas que se necesitan en el día a día, ¿verdad? Ahí está toda la ropa en el armario.

-Poquísimo. Yo tiro la semana con dos mallas, unas azules y otras negras. Solo me arreglo cuando me piden que haga algún vídeo. ¿Y sabes? Me da hasta pereza.

¿A partir de ahora valoraremos más las cosas?

-Espero que sí. Yo, de hecho, ya las estoy valorando más.

¿Cuando esto acabe abrazaremos y besaremos igual?

-Quizá seamos más selectivos a la hora de abrazar y de besar.

El regreso a la realidad no será de golpe.

-No, será poco a poco. Tendremos que seguir manteniendo distancias porque el virus va a seguir ahí. Stephen Hawking predijo en 2001 que un virus, y no un meteorito, acabaría con la humanidad.

Saldremos de esta.

-¡Claroooo! Pero habrá que cambiar muchas cosas. Los chinos deberán de controlar sus comidas.

¡La que han liado, pollito!

-Nos cuesta hasta creerlo.