Cuando la Semana Santa del año pasado asomaba en el calendario, miles de personas cargaban sus vehículos con el sano propósito de desplazarse hasta su segunda residencia o a un alojamiento y tomar así unos días de descanso. Alrededor de 480.000 vehículos (un 3% más que en 2018) cruzaron la geografía vasca en aquel periodo vacacional -dos personas perdieron la vida en sendos accidentes-, dibujando las habituales serpientes multicolor sobre la A-8, en el nudo de Armiñón y en el paso de Biriatu, principalmente.

Un escenario que nada tiene que ver con el presente, con las carreteras vaciadas por el coronavirus. Además, la prohibición de desplazarse a casas de veraneo -dentro y fuera de Euskadi- sigue vigente, sobre todo, con la llegada del fin de semana y ante la proximidad de la Semana Santa. "Lras salidas vacacionales o de ocio están prohibidas. El confinamiento se debe realizar en la residencia habitual", insisten desde el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.

Así, durante el fin de semana se reproducirán los controles en carreteras y estaciones de transporte colectivo para impedir ese tipo de desplazamientos. El año pasado, por ejemplo, las circulaciones más importantes, unas 175.000 idas y venidas -aproximadamente un 40% del total-, se dirigieron por la A-8 hacia Cantabria. En esta ocasión, sin embargo, todos esos movimientos quedan frenados en seco, ya que nadie podrá ir a pasar unos días fuera y las únicas curvas que verá serán las correspondientes a la evolución de la incidencia de la pandemia entre la población.

Muertes y contagios

Una conocida editorial ha lanzado el mensaje que espera se convierta en viral estas fechas: Nos quedamos de vacaciones. Y el propio ministro Marlaska apuntó que no coger el coche en Semana Santa evitará contagios y muertes. Hasta la fecha, en la red viaria vasca han perdido la vida ocho personas. Sin embargo, desde que entraron en vigor las restricciones de actividad y movimiento derivadas del estado de alarma, apenas media docena de conductores han resultado heridos. No en vano, el tráfico urbano en las tres capitales de la CAV descendió durante el pasado marzo entre un 62,7% y un 69,5% en comparación con el mes anterior, según datos de la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco.

Hasta el pasado domingo, la evolución del tráfico en la red de accesos a Bilbao reflejaba que, comparado con el mes de febrero, el tráfico en la capital vizcaina descendió un 51,9% el 14 de marzo -jornada en que se decretó el estado de alarma- y el último domingo de marzo el descenso alcanzó el 69,5%. En el caso de Donostia se pasó de un descenso en la circulación del 46,1% el 14 de marzo a un 62,7% este pasado domingo. El descenso también es apreciable en Gasteiz que en las mismas fechas ha pasado del 50% al 63,2, respectivamente.

En lo que respecta al tráfico de largo recorrido, hasta ese domingo el descenso en Euskadi alcanzó el 56,8% si se compara con el mes anterior, alcanzando el 71,3% en el caso de los vehículos ligeros y el 18% en el de los pesados. En lo que se refiere a la movilidad transfronteriza en Biriatu, el descenso de vehículos ese domingo fue del 47,9% (73,3% ligeros y 17,7% pesado). La cifra se dobló con respecto al 14 de marzo cuando la bajada del tráfico alcanzó el 26,1%.

Ertzaintza. La Ertzaintza procedió ayer a identificar a 1.782 personas e interceptó 2.949 vehículos. En el transcurso de dichos controles se interpusieron 173 denuncias por incumplimiento de las actuales restricciones de movilidad. Asimismo, se practicaron tres detenciones.

Municipales. Las Policías Locales identificaron a 915 personas e interceptaron 2.250 vehículos, interponiendo un total de 175 denuncias y detuvieron a una persona.