BILBAO. Comienza septiembre, la vuelta al cole y, con ello, la operación retorno llega a su fin. La época estival concluye y las carreteras vascas lo han percibido durante este fin de semana. De hecho, la operación especial de verano en las carreteras vascas, desarrollada durante los meses de julio y agosto, ha dejado este año seis muertos, dos menos que el pasado año, según anunció ayer la directora de Tráfico del Gobierno vasco, Sonia Corcuera, en una entrevista en Radio Nacional. La vuelta tras el parón de agosto resultó “bastante tranquila”, y tal y como informó el Departamento vasco de Seguridad, durante la jornada de ayer no se registraron dificultades ni caravanas. De hecho, fuentes del Departamento de Seguridad aseguraron a DEIA que las carreteras vascas “tuvieron fluidez durante toda la jornada”. Y desde la DGT, solo se informó a última hora de la tarde de tres kilómetros de retenciones por un siniestro en Cantabria en la A-8, a la altura de Iseca Nueva (Liendo), en dirección a Bilbao.

A pesar de que estos datos de fallecidos en carretera mejoran los del año pasado, Corcuera recordó que “es preciso seguir trabajando con la meta final de reducir la accidentalidad y siniestralidad en las carreteras con el objetivo de reducirla a cero”. De hecho, el vehículo ha sido el transporte que más viajeros ha desplazado durante la época estival. Y en todo el Estado se han producido cinco millones de movimientos por carretera.

Por su parte, tal y como recalcó la directora de Tráfico, “el comportamiento del tráfico durante este verano ha tenido unas características especiales” debido a la celebración de la Cumbre del G7 en Biarritz del 24 al 26 de agosto. Asimismo, la Dirección de Tráfico, que trabajó en las diversas alteraciones que se podían generar por la proximidad de la frontera francesa, recomendó realizar el retorno de las vacaciones estivales “evitando esos días de la precumbre, entre el 19 y 22, y de la celebración de la cumbre, hasta el 26 de agosto”. Precisamente, en palabras de Corcuera, el hecho de que los conductores hayan interiorizado esas indicaciones, “ha supuesto que el tráfico se haya distribuido de forma diferente en la operación retorno. Así, entre el 23 y el 26 de agosto, se redujo el tráfico de tránsito internacional en un 4% y 5%, y hasta el 20% si se suma el tráfico local”.

Operación retorno en la villa

El ajetreo sí era ayer palpable en las estaciones porque los autobuses han sido otra de las opciones elegidas por muchos viajeros “por la comodidad”. “Hemos ido al pueblo y como allí no necesitamos coche no hemos dudado en venir a Termibus”, dijo ayer un matrimonio de 70 años tras pasar tres meses en Benidorm. Precisamente, en la estación bilbaina de autobuses se percibió un gentío empujando maletas pero se observaba con claridad, gracias a los rostros, quienes volvían de sus vacaciones y tenían que comenzar con la rutina. Andrea y Roberto, dos hermanos bilbainos, pasaron el mes de agosto en Maryland, Estados Unidos, y alrededor de las 11.30 horas, pisaron tierras bilbainas. “Empiezo a trabajar mañana (por hoy) y va a ser todo muy duro porque hemos apurado hasta el último día para volver. El jet lag seguro que nos pasa factura”, dijo Andrea.

Sin embargo, los rostros de muchas personas que aguardaban en Termibus reflejaban ilusión. Es el caso de Marifé, que no dejó de mirar el reloj en ningún momento. “Vengo a recoger a mi hija que ha estado todo el verano fuera de casa; se ha ido de voluntaria con una ONG y en casa tenemos muchas ganas de verla. Ha sido el primer verano que ha pasado tanto tiempo fuera y se viene porque empieza a trabajar”, explicó a DEIA. Su hija Natalia lo tenía claro: “He vivido el mejor verano y, además, es mejor aprovechar del todo las vacaciones para que no te de tiempo a tener depresión posvacacional”, dijo entre risas.

Por su parte, en la estación de trenes de Abando también se percibió gran movimiento a pesar de las huelgas. Durante la mañana la tranquilidad reinó en la terminal porque no fue hasta alrededor de las dos del mediodía cuando llegó el primer tren desde Barcelona. “Quería aprovechar hasta el último día y quería evitarme las caravanas”, concluyó Sandra, una bilbaina que desde hace tres años reside en Madrid.