MADRID. La Audiencia Provincial de Madrid ha iniciado hoy el juicio a Luis C.A.R, para quien la Fiscalía pide 17 años de prisión acusado de los delitos de quebrantamiento de condena, lesiones en el ámbito familiar, contra la intimidad y agresión sexual con la agravante de género.

En la sesión de esta mañana, la víctima, de 20 años, ha explicado que el acusado y ella mantuvieron una relación de unos dos años que dejó un hijo en común y ha recordado que después de agredirla físicamente en 2017 fue condenado por un Juzgado de Violencia contra la Mujer y se le impuso una orden de alejamiento hacia ella.

"Pero la quebrantó y los dos sabíamos a lo que nos exponíamos", ha dicho la víctima.

Ha añadido que durante veinte días ambos estuvieron intercambiando llamadas y mensajes de texto e incluso se vieron en algunas ocasiones. Fue "para hablar del niño y del futuro de nuestra relación, por si volvíamos", ha apostillado.

Según la Fiscalía los hechos ocurrieron sobre las ocho de la mañana del 27 de enero de 2018 cuando la joven, que volvía de una fiesta y acudía a casa de una amiga para recoger a su hijo, se encontró con el acusado en una calle muy cercana a la vivienda de él.

Según el relato de la víctima, que ha declarado entre lágrimas y ha pedido un receso durante el juicio, él comenzó a insultarle "por todo, por la ropa que llevaba puesta, por el peinado, porque no eran horas para volver a casa y porque tenía al niño desatendido". Después la agarró del brazo y la arrastró hasta su domicilio.

Una vez allí, ha dicho la víctima, todo sucedió "muy rápido" y, mientras ella golpeaba muebles y le mordía "intentando huir", él consiguió llevarla hasta la habitación y agredirla sexualmente. Al acabar, y antes de que ella huyera del piso, el acusado le dijo que "todo había sido un teatro" suyo.

Esta versión contrasta con la del acusado, que ha sostenido en el juicio que aquella mañana fue la víctima la que acudió voluntariamente a su apartamento "simplemente para hablar" y que, aunque discutieron, se agredieron y golpearon muebles, no mantuvieron relaciones sexuales.

Luis C.A.R ha explicado que la pelea que mantuvieron fue por "celos, porque sabía que se estaba viendo con otro amigo", pero ha insistido en que estaban retomando su "vida de pareja".

Sobre el quebrantamiento de su condena, el acusado ha dicho que "solo quería estar con el niño, hacer las cosas bien y enmendar errores".

Tras la presunta agresión, la víctima huyó de la casa y el acusado se marchó a trabajar. Minutos después, ella acudió al bar donde este tenía turno de mañana y se enzarzaron de nuevo en una pelea en la que intervino el dueño del local, que paró a una patrulla cercana de Policía Nacional, según ha relatado en la vista.

Los agentes que intervinieron, que también han declarado, se ocuparon de la situación y encontraron a una joven "que solo lloraba, con muchísima ansiedad, atenazada y con la mirada llena de miedo" a la que finalmente trasladaron a un hospital.

Allí fue atendida por una ginecóloga que le hizo las pruebas necesarias para determinar si había sido agredida sexualmente.