bilbao - EH Bildu no ha revisado su discurso ni se ha movido a pesar del amplio consenso que existe a nivel parlamentario, y en ámbitos sociales, a la hora de rechazar los homenajes a los presos de ETA a su salida de la cárcel porque hieren a las víctimas. La coalición abertzale ha respondido con una actitud beligerante a la aprobación el pasado jueves de una proposición no de ley en el Parlamento Vasco, que ha sido firmada y redactada de manera conjunta por todos los partidos salvo su propia bancada. La proposición no de ley aumenta la presión sobre EH Bildu, que ayer aseguró por boca de Arnaldo Otegi que los otros grupos no rechazan los homenajes por razones éticas, sino por razones “políticas”, en un intento de erosionar a EH Bildu. Además, atribuyó esta disputa a una “iniciativa de Covite”, que cree que no está por la labor de construir la convivencia. En paralelo, la coalición abertzale va a exprimir el mensaje de que le parece una extravagancia cualquier lección de convivencia por parte de quienes no condenan el franquismo, en alusión al PP, en un intento de colocar el foco sobre las carencias que puedan tener los populares en ese sentido.

El asunto de los homenajes a los presos de ETA genera preocupación, incluso, en ámbitos con ascendencia dentro de la izquierda abertzale. El Foro Social, que ha tenido una contribución destacada en los asuntos relacionados con la convivencia y el cese de la violencia, ha puesto el termómetro sobre este asunto y ha constatado que, efectivamente, los recibimientos generan controversia y rompen consensos. Por ello, llegó a proponer que se celebraran a puerta cerrada. Dentro de la propia EH Bildu, Eusko Alkartasuna se ha pronunciado dos veces en contra de cualquier actuación que perjudique a la convivencia. El debate se activó este verano, tras varios recibimientos en plena calle con bengalas y pasillos humanos que entraban de lleno en el terreno de la exhibición pública.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, sin embargo, cree que las iniciativas contra los recibimientos públicos tienen segundas intenciones. En una entrevista concedida a Radio Popular-Herri Irratia, dijo que esas propuestas intentan erosionar la imagen de la coalición y que, por lo tanto, en realidad no obedecen a “razones éticas”, sino políticas. “O se saca de la confrontación política, o vamos a seguir así in secula seculorum”, criticó. Añadió que hay algunos presos “que han ocasionado víctimas, y otros que no”, pero “esto se generaliza totalmente”. Y volvió a poner como ejemplo que, tras la derogación de la doctrinna Parot, no hubo ningún recibimiento, lo que a su juicio demuestra que la posición en la izquierda abertzale no es inamovible y que todo se puede solucionar abordando un debate integral sobre la situación de los presos, sin poner el acento solo en los homenajes para “erosionar” su posición. Además, criticó al PP, asegurando que “quienes no condenan el franquismo son los que dan lecciones de ética”. También dijo, al igual que la víspera, que es “chocante” que quienes no condenan el franquismo coincidan con quien quería romper el candado de 1978, en alusión a Podemos.

EH Bildu se aferra a que no hay palabras de enaltecimiento ni hay delito en los actos. Al no haberlo, cree que tampoco hay ofensa ni humillación para las víctimas. Sin embargo, estos actos se perciben en amplios sectores como una reivindicación de la figura del preso.

condena de urkullu En este contexto, el lehendakari volvió a mostrar su “condena” de los homenajes en una respuesta por escrito a una pregunta parlamentaria del PP, donde asegura que la “inmensa mayoría” de la sociedad vasca comparte este “reproche radical” a las exhibiciones públicas que dañan a las víctimas. Urkullu sitúa el debate en el plano ético más allá de un debate jurídico dudoso, porque la Ertzain-tza no ve indicios de delito ni expresiones de enaltecimiento y son los tribunales quienes establecen las pautas, y ya han archivado casos similares.