bilbao - La repetición de las elecciones generales es una sombra que planea sobre la negociación presupuestaria vasca y que amenaza con tensionar el diálogo y complicar el acuerdo. Pero Podemos Euskadi, una de las primeras voces en alertar de ese riesgo, quiere aclarar que mantendrá su “mano tendida” al acuerdo presupuestario y también en la negociaciación de las leyes haciendo abstracción de la pugna en el Estado. La formación de Lander Martínez lleva semanas anticipando una ciaboga en su partido para asumir posiciones de mayor centralidad y no quedarse en el córner. Pero fue el propio Martínez quien alertó de que el acuerdo se puede complicar con las elecciones generales donde, además, Podemos estará en el ojo del huracán de la campaña estatal por su papel en el bloqueo de la investidura de Sánchez y por no haber llegado a un acuerdo con el socialismo, que al mismo tiempo gobierna en coalición con el PNV en el Gobierno vasco. En cualquier caso, la voluntad sigue siendo intentar el acuerdo presupuestario.

Su secretario de Comunicación, Andeka Larrea, dijo ayer en una rueda de prensa en Bilbao que Podemos mantendrá “la mano tendida” a los acuerdos en políticas concretas. Larrea quiso desligar el clima preelectoral que se vive en el Estado y la acción del partido en suelo vasco, que está “dirigida al ámbito de la política vasca”. Recordó que este viernes, en el pleno de política general se debatirá sobre política vasca y los retos de la comunidad autónoma. “Mantendremos esa vocación, esa invitación o esa reflexión que hacemos a la utilidad, que ya la hemos puesto en práctica”, sostuvo. En ese contexto, recordó cómo permitió la aprobación de dos de las tres leyes de acompañamiento presupuestario para ayudar al Gobierno vasco a gestionar la prórroga con una actualización en asuntos fundamentales. “Fuimos útiles a la ciudadanía, al funcionariado, que vio aumentado su salario, y a los perceptores de la RGI”, defendió.

seguir en esa vía Por ello, recalcó que seguirán “en esa vía”, aunque el contexto político en el Estado “siempre condiciona y es algo a tener en cuenta”. Con este posicionamiento, el Gobierno vasco ve cómo se mantiene abierta la puerta a la negociación, al menos por ahora, con el partido que había mostrado una posición más pragmática y proclive al acuerdo. El consejero Azpiazu reconoce también que el contexto se va a complicar en la campaña electoral, pero no por ello va a aplazar la negociación de las Cuentas hasta que se produzcan las elecciones del 10 de noviembre. Va a intentarlo y se prevé que retome los contactos a finales de este mes o principios del próximo, cuando tenga una visión aproximada de las previsiones de recaudación fiscal y esboce un borrador.

Las previsiones se conocerán a ciencia cierta en la primera quincena de octubre, en el Consejo Vasco de Finanzas. El día 22, el Consejo de Gobierno aprobaría el proyecto. Podemos está esperando a que llegue el momento concreto de las cifras para saber si, además de la “música”, le gusta “la letra” de las Cuentas. El Gobierno vasco también espera que Podemos le concrete con números sus peticiones, que por ahora se centran en la brecha territorial y el cambio climático. En la anterior negociación, el choque fue absoluto porque la formación morada puso sobre la mesa una propuesta de 1.500 millones, totalmente al margen de lo que estaba en condiciones de asumir el Ejecutivo. El plazo decisivo será diciembre, con las enmiendas a la totalidad.