El PSOE se inclina por suspender a los diputados presos en aplicación del Reglamento del Congreso

BILBAO - El PSOE se inclina por suspender a los diputados independentistas presos. Así lo corroboró ayer la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, al afirmar que es “obvio” que, en aplicación del Reglamento del Congreso, los reclusos serán seguramente hoy inhabilitados, sin que el Ejecutivo tenga que tomar ninguna decisión al respecto. A su juicio, se establece “claramente” que la situación de prisión preventiva es una “causa de suspensión” de las funciones parlamentarias. “El Poder Ejecutivo no tiene en esto ninguna determinación que tomar, esa es la realidad jurídica y política que conoce todo el mundo”, insistió Calvo. “Tenemos las mismas garantías que Francia, Alemania o Inglaterra”, añadió, respondiendo a las críticas de PP y Ciudadanos sobre el hecho de que los dirigentes soberanistas encarcelados tuvieran permiso para sentarse en sus respectivos escaños.

El Govern reaccionó de inmediato y, a través de su portavoz Meritxell Budó, tildó de “inaceptable” que la vicepresidenta “pida expresamente” la suspensión de los diputados, instándole a que se preserven sus derechos políticos y se respete “la voluntad democrática” del 28-A. “Fue legal que se presentaran a las elecciones, han sido elegido diputados y deben poder ejercer”, zanjó.

Calvo había manifestado antes de la sesión que “no venía a cuento” que Oriol Junqueras estrechase la mano de Pedro Sánchez, imagen que al final se produjo. Es más, todos los diputados presos acabaron saludando al presidente español y a diferentes miembros del Gobierno. Pero lo más significativo no fue el apretón de manos, sino la conversación escueta entre ambos. Al llegar al Congreso el líder de ERC pasó justo delante del socialista a darle la mano. Más tarde, a media mañana, mientras se realizaban las votaciones individuales de la Mesa, Junqueras bajó desde su escaño y se acercó de nuevo al presidente. Fue ahí cuando este le preguntó al republicano: “¿Cómo estás?”. “Tenemos que hablar”, le respondió el dirigente soberanista. Según el PP, Sánchez también le dijo: “No te preocupes”. Aunque esta contestación fue producto del contexto en que Junqueras le señalaba al socialista si no le incomodaba que le saludara en el hemiciclo.

Todo ello le sirvió al líder del PP, Pablo Casado, para acusar a Sánchez directamente de “condescendencia” con los independentistas, a los que consideró sus socios de legislatura desde la moción de censura que el secretario general de los socialistas lideró contra Mariano Rajoy a principios del pasado mes de junio, a pesar de que la derecha y los independentistas tumbaron el proyecto de Presupuestos y forzaron la convocatoria anticipada de elecciones.

En el Senado se vivió también una situación desagradable cuando el republicano Raül Romeva prometió respetar la Constitución “como preso político y por imperativo legal”. El popular Rafael Hernando le espetó: “¡Que se joda!”. -