- El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el actual Gobierno de Marruecos y ha sido el más votado en la última década, está en horas bajas. Varios expertos vaticinan que su liderazgo sufrirá un revés en las elecciones del próximo 8 de septiembre, cuya campaña arranca este jueves.

¿Será capaz el PJD de alcanzar un tercer mandato o ha perdido su brillo? Es una de las preguntas que se plantean los observadores sobre un partido que, al calor de la Primavera Árabe, ganó las legislativas de 2011 por primera vez en su historia, en 2016 sorprendió mejorando sus resultados con 125 escaños de los 395 de la Cámara de Representantes (baja), y en 2015 hizo historia encabezando las alcaldías de las principales ciudades del país.

Las elecciones del 8 de septiembre tienen la particularidad de juntar, por primera vez, legislativas, municipales y regionales en un solo día (con la intención de racionalizar los gastos).

El PJD aspira repetir sus anteriores logros, pero los expertos creen que a los islamistas se les juntan las desgracias de cara a la próxima cita electoral. El partido islamista recibió un varapalo el pasado 6 de agosto en las elecciones a las cámaras profesionales tras reducir sus escaños a una cuarta parte hasta obtener solo 49 (de un total de 2.230). Y pese a que la masa electoral de esas elecciones no es representativa, para Bilal Talidi, editorialista y experto marroquí en movimientos islamistas, es una señal del retroceso del PJD.

A diferencia de las anteriores citas electorales en las que el partido islamista estuvo más “unido” y con una “potente campaña mediática” encarnada entonces en la figura de su popular exlíder Abdelilah Benkirán, actual secretario general del PJD, ahora el partido arrastra una crisis interna y una incapacidad para hacer frente a campañas mediáticas y políticas que están en su contra, dijo Talidi.

La normalización de relaciones con Israel o la aprobación de leyes como la legalización del cannabis y la generalización del francés en la enseñanza primaria, han sido también otros factores que de forma directa o indirecta han causado fisuras entre los islamistas. Pero lo que más impactará al PJD, según Talidi, es la reforma de la ley electoral aprobada el pasado marzo por todos los partidos frente a la oposición de los islamistas. Esa reforma modifica el modo de cálculo del cociente electoral según las listas de los electores inscritos y no de los votos válidos, lo que supone en la práctica una pérdida de más de 40 escaños para el PJD y posiblemente le van a alejar del primer puesto.

Al tiempo que los islamistas intentan cerrar filas y capear esas dificultades, otras formaciones afianzan su camino como una alternativa en la próxima etapa electoral. Un gran favorito es el Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI), una formación creada en 1978 que agrupa a notables, empresarios y altos cargos de la Administración, y considerado cercano al poder. El partido está ahora dirigido por Aziz Ajanuch, el hombre más rico de Marruecos y ministro de Agricultura desde 2007.

Según Mostafa Yahyaoui, profesor universitario y experto en geografía electoral, ha habido un cambio en el comportamiento electoral del votante marroquí en los últimos años con una tendencia que se inclina hacia un voto más apolítico en detrimento de la identificación partidaria. Una nueva situación, según Yahyaoui, que no juega en favor de los islamistas, ya que los indecisos que zanjaron antes su victoria van cambiando de bando.