Boris Johnson vivió ayer una nueva jornada nefasta al frente de Westminster. Tercera derrota en dos días y ahora el primer ministro estará obligado a solicitar una extensión del Brexit a Bruselas si el 19 de octubre no ha conseguido un acuerdo de salida de la UE y además tampoco obtuvo el respaldo parlamentario suficiente para poder convocar elecciones anticipadas el 15 de octubre.

Los Comunes aprobaron por 327 votos a favor y 299 en contra que no haya un Brexit sin acuerdo y forzaron por ley a que Johnson tenga que pedir una prórroga a Bruselas al 31 de enero de 2020, de no ratificar un acuerdo en las próximas semanas. Ahora el proyecto de ley pasará a la Cámara de los Lores para su aprobación definitiva.

Johnson lo calificó como un “proyecto de ley de rendición” que le dejarían sin ningún tipo de baza en una “negociación seria” de un nuevo acuerdo con Bruselas. Para el nuevo primer ministro, le obligaría a “rendirse” ante la UE, mostrando su negativa a hacer esto y justificando que estaba claro que solo había “un camino a seguir para el país”, el de convocar elecciones, y reiterando una vez más su voluntad de culminar el Brexit el 31 de octubre

“Creo que es muy triste que los diputados hayan votado así. Creo que es un gran incumplimiento de su deber”, reprochó Johnson a los diputados, horas después de haber expulsado a 21 de sus propias filas que habían votado en su contra la noche anterior. Entre ellos, el nieto de Churchill, Nicholas Soames, y al respetado exsecretario del Tesoro, Philip Hammond.

Así, su reacción inmediata fue la de pedir a los parlamentarios que respalden su plan de celebrar elecciones generales anticipadas el 15 de octubre. “El país debe decidir ahora si es el líder de la oposición (el laborista Corbyn) o bien yo quien asiste a las negociaciones con Bruselas el 17 de octubre (fecha del Consejo Europeo) para resolver esto”, afirmó, al tiempo que presentó la moción. Sin embargo, para tener éxito, necesitaba el apoyo de dos tercios de los parlamentarios y no lo consiguió, ya que solo obtuvo el apoyo de 298 diputados, mientras que 56 votaron en contra.

abstención laborista Johnson necesitaba que 434 diputados secundaran su propuesta, es decir dos tercios de la Cámara, pero desde filas laboristas se abstuvieron. “Corbyn se ha convertido en el primer líder de la oposición en la historia democrática de nuestro país en rechazar la invitación a unas elecciones generales. Solo puedo especular sobre la razón detrás de su vacilación. La conclusión obvia es que no cree que pueda ganar”, le reprochó el conservador al laborista, instándole a reflexionar sobre su posición.

Corbyn le dejó claro que su oferta era como la de la manzana roja envenenada que la malvada madrastra le ofrece a la cándida protagonista de “Blancanieves y los 7 enanitos”, pero en el caso de Johnson, ofreciendo el veneno de un Brexit sin acuerdo y sin tener una estrategia. Así, le puntualizó que solo aceptaría unas elecciones anticipadas una vez que Isabel II ratifique la ley contra un Brexit sin acuerdo.

Mientras, la líder liberaldemócrata, Jo Swinson, sacó balones fuera, diciendo que era necesario que unas elecciones anticipadas tengan lugar sin la presión del reloj del Brexit. “Así que, si quiere unas elecciones generales, prorrogue el artículo 50 (del Tratado de Lisboa) y adelante”, dijo Swinson durante su intervención.

Por su parte, el líder del SNP en Westminster, Ian Blackford, le reprochó al primer ministro que el debate sobre la celebración de unas elecciones anticipadas solo se estaba llevando a cabo porque éste había perdido el voto en contra del proyecto de ley, llamándole a que aceptase la voluntad de la Cámara y pidiendo que vaya al Consejo Europeo del 17 de octubre y negocie la extensión del Brexit.

La nota de humor de la noche se produjo cuando el Gobierno puso por error una enmienda que pedía que el Acuerdo de Retirada negociado por la ex primera ministra Theresa May fuera votado por cuarta vez, si bien finalmente la votación no tuvo lugar.

Además, el ministro de Economía y Hacienda, Sajid Javid, anunció una revisión del gasto para “dejar atrás la austeridad”, en lo que pareció un anuncio en plena campaña electoral, con mejoras de la inversión en servicios públicos como salud y educación.

Javid precisó que el gasto gubernamental se incrementará en 2020-21 hasta un total de 30.400 millones de libras (unos 34.000 millones de euros), con un aumento de 6.200 millones de libras (unos 6.800 millones de euros) para el servicio sanitario público NHS y una partida extra de 2.000 millones de libras (unos 2.200 millones de euros) para afrontar un posible Brexit sin acuerdo.