Roma - Los 147 migrantes que están a bordo del barco de la ONG española Open Arms esperan desde ayer en aguas italianas a que les asignen un puerto en el que desembarcar, mientras seis países europeos ya han mostrado su disponibilidad a acogerlos y reubicarlos. Mientras tanto, desde el buque se ha solicitado la evacuación por motivos psicológicos de los 147 inmigrantes que lleva a bordo, y se logró el traslado urgente a tierra de nueve -tres adultos y dos niños con sus acompañantes- debido a la “crítica” situación en la que se encontraban.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, informó en las redes sociales de que los gobiernos de Francia, Alemania, Rumanía, Portugal, España y Luxemburgo le han transmitido su disponibilidad para recibir a estas personas. Conte explicó además que su intención es trabajar para que los países europeos acuerden un mecanismo permanente de distribución de los migrantes que lleguen a las costas italianas, para que el fenómeno sea gestionado a nivel de la Unión Europea (UE).

El Open Arms lleva desde ayer fondeando en aguas italianas después de que el miércoles un tribunal italiano levantara el veto de entrar en aguas de este país que le había impuesto el ministro del Interior, Matteo Salvini, bajo la amenaza de confiscarle el barco e imponer multas millonarias. Así, tras obtener esa autorización el miércoles por la tarde, puso rumbo hacia Lampedusa, cuyas costas avista tras dos semanas en alta mar; sin embargo, todavía carece del permiso para poder atracar en un puerto, algo que Salvini ya ha anunciado que no otorgará.

“El Open Arms en 15 días habría ido y vuelto tres veces a España. Es evidentemente un ataque político a Italia”, apuntó ayer Salvini, en una rueda de prensa en el municipio de Castel Volturno, en la región de Campania. “Me pagan para defender la seguridad. Si alguno tiene nostalgia de los 200.000 desembarcos del pasado, si alguno es nostálgico del PD que lo diga”, sostuvo Salvini, dirigiendo un claro mensaje de advertencia al M5S.

Por su parte, el alcalde de Lampedusa, Totò Martello, pidió al Gobierno italiano que autorice a Open Arms atracar en la isla, porque “el mar está agitado” y hay niños a bordo. Además del Open Arms, también necesita un puerto el barco humanitario Ocean Viking, que espera con 356 migrantes a bordo en aguas internacionales.

130 niños

Desde el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calificaron de “intolerable” que las discusiones políticas se hayan antepuerto a la necesidad de “salvar la vida de los niños varados en el mar Mediterráneo”, en pleno debate sobre el futuro de los migrantes y refugiados a bordo del Open Arms y del Ocean Viking. Unos 130 niños están a bordo de las dos embarcaciones. En el caso del Ocean Viking, solo once de estos 103 menores viajan acompañados de un padre o tutor, por lo que su situación es aún más vulnerable.

La coordinadora de Unicef para la respuesta a los refugiados en Europa, Afshan Khan, recordó que todos estos niños, “muchos de los cuales han huido de la pobreza, los conflictos y atrocidades impensables”, tienen derecho a protección, lo que pasa en un primer momento por obtener “un puerto seguro de inmediato”. Khan subrayó además la “necesidad inmediata” de mejorar los sistemas de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, algo que “no debería ser un delito”, así como de garantizar un refugio “seguro y adecuado”. “Los niños no deben quedarse varados en el mar ni ahogarse en las costas de Europa. Los discursos políticos deben ahora dejar paso a los hechos que salvarán vidas y terminarán con el sufrimiento”, sentenció la responsable de Unicef.