LA HAYA. Después de años de batalla judicial entre Las Madres de Srebrenica y el Estado holandés, el Tribunal Supremo del país dictaminó ayer que La Haya -que envió a sus cascos azules para proteger el enclave- solo es responsable en un 10% de la muerte de 350 hombres musulmanes durante el genocidio de julio de 1995. La máxima instancia judicial holandesa consideró que no se puede culpar al Estado de ser, en parte, responsable de todo el genocidio de Srebrenica -que se cobró la vida de más de 8.000 hombres musulmanes- porque los cascos azules de la base de Dutchbat no podían evitar la caída de este enclave en manos de las fuerzas serbobosnias.

Sin embargo, las fuerzas holandesas sí debieron haber ofrecido a los 350 hombres musulmanes bosnios (de un grupo de más de 5.000 personas) que recurrieron a su base “la oportunidad de refugiarse” dentro del complejo, en lugar de forzarles a marchar hacia los autobuses que transportaban a los evacuados bajo responsabilidad de Naciones Unidas.

Según detalló el portavoz del Tribunal Supremo holandés, Toon Heisterkamp, una de las razones para calcular ese 10% es que los refugiados que se estaban quedando en el complejo “iban a ser descubiertos por los serbobosnios cuando inspeccionaran la base y los hubieran deportado igualmente, porque la posibilidad de que la comunidad internacional lo pudiera evitar era muy pequeña”.

En la sentencia, los jueces explican que los serbobosnios tenían “todos los medios para buscarlos y arrestarlos” a los hombres musulmanes, pero las fuerzas holandesas debían haberles ofrecido la opción de refugiarse en esa base porque eran conscientes de que los varones estaban en “peligro real de ser maltratados y asesinados”.

Se los mostraron a sus asesinos

Sin embargo, subraya que -al obligarlos a sumarse a las evacuaciones y mostrárselos a los serbobosnios, que los detuvieron bajo la excusa de investigar si han hecho algo ilegal- los soldados holandeses los privaron de la oportunidad “pequeña, pero no despreciable”, de mantenerse fuera de peligro.

Después de la detención de los 350 hombres, el criminal de guerra Ratko Mladic -que cumple hoy cadena perpetua en la prisión internacional de La Haya por el genocidio de Srebrenica- ordenó su ejecución.

La Corte Suprema subraya que tener a los serbobosnios supervisando la evacuación de unas 25.000 personas no fue ilegal y recuerda que el Dutchbat ayudó a mujeres, niños y ancianos a escapar de forma segura, aunque “de ninguna manera hubiera podido evitar que los serbios capturaran a los varones y los mataran”.

El abogado de las víctimas, Simon van der Sluijs, declaró que es “una lástima que la responsabilidad haya sido limitada solo al 10% del daño provocado”, porque las madres, que han perdido a maridos e hijos, “han sufrido, y lo han hecho por las acciones de los serbobosnios, pero también porque no fueron protegidos” por el Dutchbat.