Moscú - El presidente ruso, Vladímir Putin, cumplió ayer su amenaza y poco después de simplificar los trámites de concesión de pasaportes rusos a los residentes en el revuelto Donbás, amplió la categoría de ucranianos que podrán recibir la ciudadanía por la vía rápida.

“He dicho en muchas ocasiones que ucranianos y rusos son pueblos hermanos. Más aún, considero que, en realidad, somos un único pueblo. Si tenemos una ciudadanía común, saldrán ganando tanto los rusos como los ucranianos”, declaró Putin para justificar su política hacia Ucrania. Putin hizo oídos sordos a la unánime condena occidental y apenas dos semanas después de las elecciones presidenciales en el país vecino ayer firmó un segundo decreto que podría beneficiar a varios millones de ucranianos.

Si la medida aprobada el 24 de abril afecta a los casi cuatro millones que viven en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, la anunciada ayer podría tener consecuencias insospechadas, ya que también afecta a sus padres e hijos. Según algunos analistas, la medida contribuirá a congelar el conflicto armado en el Donbás, ya que consolidará el control ruso sobre las zonas separatistas, cuyos dirigentes son nombrados, a todas vistas, por el Kremlin.

Y todo ocurre en medio del proceso de traspaso de poder del actual presidente ucraniano, Petró Poroshenko, al ganador de los comicios del 21 de abril, el actor Vladímir Zelenski, que llegó al poder con propuestas de diálogo con Rusia para frenar la guerra.