Bilbao -“En 2016, una empresa asesinó a mi mamá”, afirma Olivia Marcela Zúniga. Fueron 35 hombres preparados para matar los implicados en el atentado. La activista recibió cuatro disparos en el pecho mientras dormía. La persona que la acompañaba sobrevivió a un tiro en la cabeza y fue testigo excepcional. Berta Cáceres había interpuesto más de 30 denuncias por amenazas el año de su muerte.

“Eran exmilitares de todos los rangos que se empleaban en la seguridad de la empresa y un contratado externo para ejecutar a mi mamá: un mayor del ejército. El escándalo fue tan grande que Estados Unidos envió a Honduras equipos del FBI y otras agencias. Las detenciones se produjeron muy rápido”.

Desarrollos Energéticos S.A. (DESA), que desarrollaba el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en Honduras, anunció posteriormente que se suspendía oficialmente su construcción en el río Gualcarque. El FMO holandés y el Banco de Finlandia, que financiaban Agua Zarca, habían retirado su apoyo.

“Berta Cáceres soportó las primeras amenazas en 2011. Mi mamá construyó redes que ahora luchan para buscar justicia para ella. Los asesinos no esperaban esa reacción; no calcularon las consecuencias, no tuvieron en cuenta que tenía un perfil internacional alto. Pero saben que a los jueces y a los fiscales les da miedo meterse con ellos”, apunta su hija, que es quien ahora es objeto de amenazas y distintas campañas.

La diputada, al igual que su madre, pertenece a la etnia lenca, un pueblo que vive y se desarrolla en armonía y respeto a la naturaleza, por lo que su tarea es cuidar y proteger sus tierras ancestrales.

En Honduras, un país de 9,3 millones de habitantes, entre 60.000 y 100.000 pertenecen a esta etnia, mientras que unos 30.000 lencas más viven en El Salvador. Resulta frecuente que los chamanes lenca sean mujeres. “Es uno de los pueblos indígenas al Sur Occidente de Honduras. Culturalmente muy próximo al pueblo Maya Chortí. En nuestra concepción, el río tiene mucha importancia. Además de darnos todo, está habitado por ciertos espíritus. El acceso al río no puede limitarse. Es de todos.

La empresa restringió el paso al río a lo largo de muchos kilómetros, pero “los que dieron la orden no están en la cárcel”, lamenta la parlamentaria. “Hay varios banqueros, hermanos, dueños de la mayoría de las entidades financieras de Honduras que han contratado bufetes de abogados en Amsterdam. Han organizado campañas de relaciones públicas, editado libros, utilizado medios de comunicación, igual que hicieron con mi mamá. Lo único que nos puede salvar es la presión internacional”, insiste Zúñiga.

Ambientalista y feminista En 1993 la líder ambientalista y feminista indígena, Berta Cáceres, cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y en 2015, una década antes de perecer tiroteada en su cama, ganó el Premio Medioambiental Goldman.

Al periodista que difundió las identidades de los presuntos autores intelectuales del asesinato de mi mamá en una radio le descerrajaron tres tiros veinticinco minutos después. Sobrevivió y ahora reside fuera del país. “Uno de los autores intelectuales del asesinato de mi mamá es el gerente de la empresa; un exmilitar graduado en West Point e ingeniero; un tipo muy inteligente, muy hábil para la perversidad”, concluye Olivia Marcela Zúñiga. - DEIA