Bruselas - Las elecciones europeas han vivido un volantazo inesperado en las últimas semanas, con la crisis del Brexit provocando que el Reino Unido pueda participar en los comicios. Esto haría que España perdiese, aunque fuese mientras no se produjese el Brexit, los cinco escaños que ganó con la redistribución del Parlamento. En el caso de una participación británica los Socialdemócratas y los Conservadores y Reformistas serían los más beneficiados. Era inimaginable este escenario, pero cada vez está más cercano. La participación del Reino Unido en las elecciones europeas será una realidad si en la cumbre extraordinaria del 10 de abril los líderes europeos aprueban una extensión larga del Brexit. Eso querrá decir que el país tendrá que convocar estos comicios ya que seguirá, al menos por un tiempo, en la UE, y necesitará estar representada por eurodiputados. Este cambio afectará a la composición de la cámara en todos los sentidos: tanto en las perspectivas electorales de cada formación a nivel europeo, pero también a nivel nacional, ya que cambiaría el número de escaños que tiene cada país. Varios Estados miembros perderían los escaños que habían ganado en el nuevo reparto.

El reparto que se planteaba (y que sigue en vigor, aunque pueda quedar en suspenso) en unas elecciones sin el Reino Unido reduce el número de escaños de los actuales 751 a 705. Eso quiere decir que países como España o Francia ven aumentada su cuantía. En el caso de estos dos países la cifra se eleva en cinco eurodiputados. Hasta otros 12 países suben el número de eurodiputados, mientras que los otros 13 restantes (entre ellos Alemania, que es quien más elige con 96) se quedan como estaban.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) reflejaba en la mañana de ayer esta realidad: España elegirá por el momento 54 eurodiputados y no los 59 que se habían anunciado tras la reorganización del Parlamento Europeo. Eso no quita que en un futuro, sea este más próximo o más lejano, se puedan sumar esos cinco escaños.

El BOE afirma que “una vez sea jurídicamente efectiva la salida del Reino Unido, los cinco nuevos escaños que corresponden a España serán asignados por la Junta Electoral Central a las candidaturas a las que puedan corresponder”. De esa manera los partidos españoles tendrán menos opciones para agarrar escaño, con formaciones como el PNV, Junts per Catalunya o PACMA en el precipicio que marca la diferencia entre tener escaño o no. El Brexit supondría un volantazo brutal en la situación del país, que se vería en las urnas para elegir a sus representantes en Estrasburgo. Esto sería también una cantidad extra de escaños para determinados grupos políticos que cuentan con fuerza en el Reino Unido. Tanto es así, que en una negociación para decidir quién es el próximo presidente de la Comisión Europea, un puñado de escaños pueden ser decisivos. Los más beneficiados serían los Laboristas, adscritos al grupo de los Socialdemócratas. Según datos de una encuesta de Opinium Research publicada el 17 de marzo el partido dirigido por Jeremy Corbyn conseguiría 25 escaños, los mismos que los tories de Theresa May. Aquí podría estar una de las claves: los Conservadores británicos no se encuentran adscritos al Partido Popular Europeo (PPE), sino al grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR). De esta manera el PPE no tendría ninguna ganancia con la entrada (de nuevo) del Reino Unido, mientras que su gran rival subiría exponencialmente.