Bruselas - La participación del Reino Unido en las elecciones europeas de mayo haría que el Estado español tuviese cinco escaños menos a repartir. Eso solo ocurrirá si finalmente la primera ministra británica Theresa May y los líderes europeos acuerdan una extensión larga, más allá de las elecciones europeas o de la formación del nuevo Parlamento. Los partidos, que en su gran mayoría ya han configurado las listas electorales, no se muestran especialmente preocupados por esta (posible) piedra en el camino.

Predecir cosas es harto complicado, pese a conocerse el contenido de la carta de Theresa May, primera ministra del Reino Unido, pidiendo a la Unión Europea una extensión hasta el 30 de junio de la aplicación del artículo 50 (el que regula la salida de uno de sus países miembros).

La incertidumbre del Brexit ha llegado también a la precampaña electoral de las elecciones europeas. Y aunque este miércoles May haya solicitado esa prórroga, nada confirma que este aplazamiento corto, que haría que el Reino Unido no participase en las europeas, se vaya a aceptar, ni que después el Gobierno británico cumpla con el plazo.

Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha estado evitando pronunciarse sobre una prolongación larga, pese a que el miércoles realizó una declaración institucional. Solo mostró su apoyo a una corta, y por lo tanto a que el Reino Unido no participe en las europeas si el acuerdo consigue pasar el filtro de Westminster.

cinco escaños en juego El Estado español ganaría cinco escaños en el nuevo reparto de la Eurocámara en el escenario de que el Reino Unido abandone la UE antes de la cita con las urnas. El Parlamento reduciría así su número de eurodiputados de los 751 actuales a 705, aunque países como España ganarían terreno, mientras otros como Alemania perderían presencia con esta nueva adjudicación. Pero la realidad del Brexit comienza a poner en duda estos esquemas.

Queda pendiente saber qué pasará tras la cumbre del Consejo Europeo, donde se debatió la carta de la líder tory, ya que el 2, 3 y 4 de julio es el primer Pleno de la nueva legislatura y el Reino Unido no tendría por qué participar en las europeas. La primera ministra no quiere que eso ocurra, como ha afirmado en la carta que ha enviado el miércoles al presidente del Consejo Europeo. Otras voces como la de la Comisión son más partidarias de solo darle una extensión a la primera ministra hasta la fecha de las europeas, que se celebran entre el 23 y el 26 de mayo en todos los Estados miembro. Pero en el caso de que finalmente haya una extensión larga, el Reino Unido tendría que tener eurodiputados y por lo tanto organizar unas elecciones que supondrían un coste de más de 100 millones de libras.

El Partido Conservador de la primera ministra May ya ha testeado durante los últimos días a sus actuales eurodiputados sobre la posibilidad de que repitan en la próxima legislatura, aunque fuese para solo unos meses.

De todas maneras este cisma no inquieta demasiado a los partidos políticos españoles, que vienen de cerrar sus listas en los últimos días o están cerca de hacerlo. Fuentes de partidos consultadas por este periódico antes de la publicación de la carta de May afirmaban que “la volatilidad es tal por las acciones de los británicos que valorar o intentar predecir cosas es harto complicado”.