El pasado sábado, 24 de abril, el Pontífice concedió la declaración de beatos a 12 religiosos, entre ellos el vasco Nicesio Pérez del Palomar Quincoces, natural de la localidad alavesa de Tuesta y asesinado en 1936.

Tras varios estudios por parte historiadores a petición de la Congregación para las Causas de los Santos, la Santa Sede, por medio de un decreto del Papa Francisco, autorizó proclamar beato al alavés Nicesio Pérez del Palomar

Quincoces, religioso de la Congregación del Santísimo Redentor, asesinado en Madrid en 1936.

Este departamento vaticano analizó las conclusiones de varios historiadores expertos en la Guerra Civil española sobre la vida, virtudes y martirio de este alavés natural de Tuesta, perteneciente al municipio de Valdegovía, y de otros 11 hermanos suyos pertenecientes a la misma orden religiosa.

El hermano Nicesio nació el 2 de abril de 1859, mismo día que fue bautizado en la pila bautismal de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Tuesta, la cual aún se conserva dentro del templo. También allí recibió su Primera Comunión y se confirmó en el cercano pueblo de Espejo con 16 años de edad.

Con 25, en 1884, ingresó como fraile redentorista, tras pasar como aspirante por El Espino, en Burgos, por Astorga en León y por Nava del Rey en Valladolid, donde se formó en el arte de la carpintería y la construcción. En octubre de 1891 se instala en la localidad francesa de Les Contamines, en la frontera con Suiza e Italia, para aprender técnicas novedosas de la horticultura y apicultura para poder desarrollarla luego en España.

Con estas dos facetas -maestro de obra y hortelano- inicia decenas de obras y novedosas huertas en Madrid, León, Navarra, Granada, Cuenca, Santander y Valencia. Los testimonios de quienes le conocieron le definían como una persona muy trabajadora e inteligente, donde cada día se entregaba a la oración y quien celebraba misa con gran devoción.