GUARDO con especial cariño tres discos dedicados de Kepa Junkera y una chapucera grabación en vídeo que hice con el móvil durante su actuación –una de las últimas– en la gala del 40º aniversario de DEIA, recuerdos a los que acudí cuando nos golpeó la noticia de su ictus. Su reaparición pública y el documental Berpiztu que dan cuenta de su recuperación nos han devuelto la alegría, la emoción y la esperanza de contar con uno de los músicos más queridos, notables, renovadores y virtuosos –con un Grammy Latino– de Euskadi, aunque también sufrió invectivas. Tócala de nuevo, Kepa. l