Un animal en casa, un gato o un perro, dan alegría, juego, animación, cariño… Pero también tiene una cara B con algunos inconvenientes. Se acepta como un peaje natural, pero algunos son más incómodos que otros.

Uno de los que más trabajo da es limpiar de sofás y telas varias los pelos que sueltan. Los perros y los gatos pierden pelo, como los humanos. Y aparentemente pierden mucho, especialmente en época de muda, al comienzo de la primavera, cuando cae el pelaje de abrigo invernal. Cuando se depositan en el suelo es relativamente fácil de retirar, pero cuando hay una alfombra o moqueta, la cosa se complica considerablemente.

Y lo mismo ocurre con los tapizados de sofás, butacas y sillas. Son cómodos y nuestras mascotas saben aprovecharlas adecuadamente.

Una de las primeras medidas que se pueden tomar para evitar que los pelos invadan la casa más allá de lo controlable es una acción preventiva: cepillar con regularidad al perro o al gato. Es una actividad que les encanta y que ayuda a estrechar lazos entre humano y animal. Con un cepillo adecuado o un guante especial, se le puede retirar en pocos minutos la mayor parte de pelos que pueda caerse ese día. Además le ayudará a mantener un pelaje sano y suave.

¿Cómo limpiar?

Pero inevitablemente, nuestro perro o nuestro gato seguirá perdiendo pelo, aunque en menor cantidad. Para limpiarlos puedes hacer lo siguiente:

1. Pasar el aspirador

Es mejor que barrer, que la propia corriente de la acción de barrer puede desplazar los ligeros pelos, que además se escapan con facilidad del recogedor. Un aspirador limpia más profundamente, y no solo de pelos, una alfombra. Además, cambiando el cabezal por uno de boca estrecha se puede aspirar cómodamente los sofás y las butacas incidiendo en los pliegues y recovecos.

Para humanos comodones los robots aspiradores son lo mejor, pero quizá a las mascotas no les guste tanto.

2. Rodillo adhesivo quitapelusas

El clásico quitapelusas para la ropa también resulta práctico. Ese rodillo con varias capas de material pegajoso que atrapa todo tipo de suciedad y ayuda a retirar los pelos. Si no tienes uno de estos a mano, la cinta adhesiva de embalar o la de pintor también pueden ser una opción. Puedes pegar las turas y después retirarlas.

3. Guante de goma

Los guantes de fregar o los de látex también son útiles cuando se trata de quitar pelos de una tela. Eso sí, tiene su técnica. Una vez colocado en la mano, se humedece (importante que no tenga restos de jabón que pueda hace espuma). A continuación, frotar con firmeza el tejido con movimientos circulares. Empieza centrándote en las zonas que más pelos concentren. La suciedad y los pelos formaran bolitas muy fáciles de retirar tanto del guante como de la propia tela. Repetir el proceso las veces que haga falta. Hay que tener en cuenta que será necesario volver a humedecer el guante. Puedes después pasar el aspirador parta profundizar la higienización. La suciedad se habrá aflojado saldará fácil.

4. Una media de nailon

Es una variante de fortuna del guante de goma. Introduciendo la mano en la media de nailon se frota la tela con cierta energía. El roce entre las dos telas crea electricidad estática y esta hace que los pelos se quedan pegados en la media. La ventaja de este sistema es que que metiendo la media junto a las telas llenas de pelo en la lavadora, se produce el mismo efecto y tú te cansa menos.

5. Esponja natural

Para adherencias fuertes, la solución la aportan las esponjas naturales. Es conveniente asegurarse de emplear este método en telas resistentes ya que puede resultar un tanto abrasivo antes refrotes enérgicos. Eso sí, hay que restregar siempre la esponja, que debe estar seca, en la misma dirección para arrastrar la suciedad. Para casos extremos en tejidos un tanto recios puede recurrirse a una piedra pómez.

6. Tejido repelente

Esta opción podría entrar en la categoría de medida preventiva. Es un paso más allá de la manta o la funda para proteger la butaca o el sofá. Es de esos llamados tejidos inteligentes que evitan los pelos y las manchas se peguen. Al repelerlos caen al suelo y es más fácil aspirarlos, aunque también es más fácil que se extienda por toda la casa.