SI yo fuera estudiante aplicada e interesada en las matemáticas me gustaría tener en el aula y en el laboratorio a profesores de gran valía, prestigio y calidad investigadora, entre ellos a Enrique Zuazua, el eibarrés que posiblemente sea “el mejor matemático mundial en el campo de las Matemáticas Aplicadas” en la docta opinión del presidente de la Fundación Alexander Von Humboldt, que acaba de concederle la cátedra de su mismo nombre y que se otorga a investigadores de gran prestigio a nivel mundial. Prestigio y conocimiento que se nos escapan hasta Alemania a la universidad bávara Friedrich Alexander Universitäit (FAU) de Erlangen-Nuremberg sin recalar en Euskadi.

El currículum tanto académico como profesional del matemático eibartarra es de lujoso vértigo, destacando ser Premio Euskadi de Ciencia y Tecnología en 2006, miembro de número de Jakiunde, Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras del País Vasco, director de la cátedra computacional del Centro Deusto Tech de la Universidad de Deusto y catedrático de Estrategia de Matemática Aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid. Pero es bien conocido lo difícil que resulta ser profeta en propia tierra y Enrique Zuazua lo sabe y lo tendrá muy presente cuando hoy reciba la cátedra Alexander Humboldt en el paraninfo de la sede central de Deutsche Telekom, bajo la presidencia del ministro de Educación e investigación Federal y el presidente de la Fundación Alexander Von Humboldt. En 2001 ya se trasladó a Madrid a ocupar su cátedra de Estrategia de Matemática Aplicada, por lo que ya conoce del sabor agridulce del talento investigador acumulado en años y años de trabajo en Euskadi que se tiene que ir a otro lugar.

Zuazua fue uno de los científicos que retornó a Euskadi por el impulso dado por el Ejecutivo Ibarretxe para atraer el talento vasco que había tenido que salir del País Vasco para desarrollar sus investigaciones. Así en setiembre de 2008 fundó como director científico el centro BCAM/Basque Center for Applied Mathematics, con el objetivo de promover la investigación en los aspectos más computacionales, aplicados y multidisciplinares de las matemáticas. Zuazua dirigió el equipo Partial Differential Equations, Control and Numerics en su calidad de Distinguishes Ikerbasque Professor de la Fundación Vasca para la Ciencia Ikerbasque. En septiembre de 2015 por carambolas de la vida, debió de abandonar Ikerbasque en contra de su voluntad; ni siquiera se le permitió seguir con sus investigaciones. Pero en setiembre de 2016 volvió a recuperar el contacto investigador con su Euskadi del alma al incorporarse al centro Deusto Tech de la Universidad de Deusto donde dirige la Cátedra de Matemática Computacional.

“Una actividad, junto a la de la Universidad Complutense de Madrid, que compatibilizaré con la cátedra Humboldt”, dice sonriente el científico, al tiempo que no olvida su agradecimiento al rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert por la oportunidad que le ha brindado en los últimos tres años para crear y desarrollar la Cátedra de Matemática Computacional, financiada por Bruselas, y en la que “contra viento y marea” trabajan 14 personas.

Demasiado acostumbrados a ver a los matemáticos como personas abstraídas y ajenas a lo cotidiano, no parece ser el caso de Enrique Zuazua, enfrascado en investigaciones cruciales para mejorar los modelos, las simulaciones y el control de los procesos derivados de la ingeniería en el conocimiento avanzado de la aviación, de la redes de influencia o del comportamiento social, así como en la predicción de fenómenos naturales como las mareas, el nivel del mar o el cambio climático. Postulados que seguirá desarrollando para comprender mejor la dinámica de la naturaleza, simulando modelos matemáticos en las modernas computadoras para conocerla mejor y rediseñar futuras actuaciones con el objetivo de controlarla y guiarla en la medida de lo posible. Este es el camino de investigación que le espera en Alemania.