EN víspera de Navidad, se estrena en los cines Belleza oculta, un drama dirigido directamente al corazón del espectador, que señala al amor, a la profunda conexión con lo que nos rodea, como la razón para seguir viviendo.

En la cinta, titulada originalmente Collateral beauty, Will Smith interpreta a Howard, un exitoso ejecutivo de publicidad de Nueva York. Al comienzo de la película, lo vemos dando un discurso en tono festivo a sus socios y empleados, que celebran el final del año más exitoso para la agencia. Tres años después, vemos a un Howard atrapado en el dolor que le ha provocado la muerte de su hija, fallecida dos años atrás a causa de un cáncer. Al igual que las formas que crea con fichas de dominó en su oficina, su vida se desmorona y carece de sentido. Es un zombi que duerme seis o siete horas por semana, mira por el cristal a un grupo de terapia al que es incapaz de incorporarse y escribe cartas, no a seres humanos, sino a la Muerte, al Amor y al Tiempo.

Mientras, sus socios tampoco lo están pasando demasiado bien. A Whit (Edward Norton) sus escarceos le han costado su matrimonio y su hija está resentida con él; Claire (Kate Winslet) se ha centrado tanto en su carrera que ha ignorado su reloj biológico y ahora tiene dificultades para ser madre; y Simon (Michael Peña), estrena paternidad mientras su tos esconde un grave problema de salud. A todo ello se añade que la empresa está en apuros porque los clientes se marchan y los inversores están perdiendo su confianza en la agencia. Una compañía les ofrece dinero por el negocio, pero Howard no está dispuesto ni siquiera a hablar del tema.

Preocupados por el estado de su colega, pero también agobiados por su situación económica, los socios idean un plan para demostrar que su colega no está mentalmente sano.

Contratan a un trío de actores de la compañía local de teatro para que encarnen a la Muerte, el Amor y el Tiempo, y entreguen personalmente a Howard cartas de respuesta a sus misivas a fin de sacarlo de su parálisis e impulsarlo a vender su parte.

La oscarizada Helen Mirren se convierte así en la muerte, Jacob Latimor en el Tiempo y Keira Knightley se hace pasar por el Amor, “el único porqué”, la única razón de todo. Por su parte, el personaje interpretado por Will Smith comienza a ir a la terapia, donde conecta con Madeleine (Naomie Harris), una joven que también ha perdido a su hija.

Aunque en un principio el director iba a ser el tejano Alfonso Gómez- Rejón, finalmente el impresionante reparto de Belleza oculta trabajó bajo las órdenes de David Frankel, ganador de un Oscar por el cortometraje Querido diario (1996) y director de la aclamada película El diablo se viste de Prada (2006) y de la exitosa serie de televisión protagonizada por Sarah Jessica Parker Sexo en Nueva York (1998-2004). La directora de fotografía fue Marisse Alberti, que rodó en formato panorámico haciendo un amplio uso de localizaciones neoyorquinas, entre las que figuran diferentes barrios y lugares emblemáticos, pero sin recurrir a imágenes típicas de postal.