El impacto que el estilo del agente James Bond ha tenido en el arte, la música, la moda, la tecnología o el diseño centra la exposición El Diseño 007. 50 años del estilo de Bond que inauguró ayer el museo Kunsthal de Róterdam. Con ella se muestra a través de más de 500 objetos y recreaciones ambientales, la influencia de la saga de James Bond en la cultura contemporánea, en los más de 50 años de existencia del personaje creado por Ian Fleming.
“La exposición no solo muestra la historia de James Bond, sino que también permite vivir una experiencia”, dijo a Efe la comisaria del Kunsthal y encargada de adaptar el proyecto en la institución, Jannet de Goede. Documentos, maquetas, prototipos, guiones, música y fragmentos de películas, y una gran selección de los trajes y accesorios del vestuario, objetos-reliquia o fotografías originales, muchos de ellos nunca expuestos hasta hoy, permiten adentrarse en cómo se hizo una de las sagas británicas más famosas del mundo y de la historia del cine.
Con veintitrés películas en cinco décadas, la exposición muestra el glamour y la exuberancia de un estilo propio, el estilo de Bond, que además de tener su repercusión en la historia del cine, ha dejado una clara huella en el mundo del arte, la música, la moda, la tecnología, los viajes, el diseño automovilístico o el estilo de vida.
El recorrido narrativo a través de más de ocho salas temáticas y recreaciones ambientales de la saga van desde el primer filme de la misma, Agente 007 contra el Dr. No (1962) que protagonizó Sean Connery hasta el último, Skyfall (2012), con Daniel Craig como protagonista, y empieza con una entrada a la muestra diseñada en forma de bala cubierta con fotogramas de las películas.
Trajes y coches Así se llega a la Sala de Oro, en la que se ha instalado una cama circular giratoria vestida de sábanas blancas y el cuerpo de una mujer pintado en oro en un claro guiño a alguna clásica escena de James Bond contra Goldfinger (1964). No faltan las secciones dedicadas al padre de 007, el escritor británico Ian Fleming (1908-1964), creador de las novelas del héroe de ficción James Bond hasta la oficina de M, el jefe del servicio de espionaje británico.
Con la muestra, sus organizadores, explicó De Goede, han buscado que también, como en las cintas, “el público acaba siendo una parte de las películas”. En este paseo a través del universo de Bond, se pueden ver más de 500 objetos como el bikini blanco que Ursula Andress lució en Agente 007 contra el Dr. No, el maletín de Q en Desde Rusia con amor (1963), la pistola de oro de Scaramanga de El hombre de la pistola de oro (1974) o los dientes de tiburón que aparecieron por primera vez en La espía que me amó (1977).
La elegancia del espía, perfecto en toda ocasión, queda reflejada en la muestra con el esmoquin que uno de los actores que con mayor éxito lo encarnó, Roger Moore, lució en Octopussy (1983) o uno de los trajes de la firma italiana Brioni que Pierce Brosnan llevó en Goldeneye (1995). También han encontrado su sitio en la muestra del Kunsthal los famosos coches de 007, como el Aston Martin DB5 plateado que apareció por primera vez en Goldeneye (1995) y reapareció en Skyfall (2012).
“Con esta exposición creo que pasará lo mismo que pasaba en un estreno de James Bond, por norma una mujer solía salir enamorada y los hombres más engreídos, vanidosos”, señaló De Goede.