Unidas Podemos, ERC y Más País han registrado en las últimas semanas en el Congreso propuestas de ley sobre el cannabis con un ámbito regulatorio para adultos que elimine la inseguridad jurídica, reduzca el mercado ilegal y aflore la economía sumergida que genera, sin incitar al consumo y advirtiendo de sus riesgos.

Unos 3,2 millones españoles consume habitualmente cannabis y, a pesar de la legislación prohibicionista, su uso no ha parado de crecer en los últimos 25 años, lo que ha llevado a Unidas Podemos, ERC y Más País a abrir un debate sobre la necesidad de establecer un marco normativo "coherente con la realidad social".

Las propuestas

Este martes 19 de octubre llegará al Congreso para su admisión a trámite la primera iniciativa: la de Más País. Íñigo Errejón defenderá ante el pleno la obligación del legislador de "no solo adelantarse a los hechos sino de regular situaciones que ya existen" y que generan contradicciones. Incluyen la legalización del consumo en la vía pública con limitaciones similares a las del tabaco y el uso terapéutico del cannabis, en el caso de Más País y ERC, mientras que Podemos solo contempla su uso en el ámbito privado o lugares habilitados y no refleja su utilización médica.

Las propuestas de ley presentadas este otoño también regulan el transporte, la industria y el cultivo del cannabis, que ahora no está penado para uso propio "si no se ve la maceta desde la calle", como critica Más País. "El mercado del cannabis es una realidad y factura miles de millones de euros al año", destaca Podemos, que niega que su regulación incremente el número de menores que accedan a su consumo.

El consumo en España

España es el tercer país de Europa con mayor consumo de cannabis, por detrás de Portugal y Luxemburgo, según el Observatorio Europeo de Toxicomanía, mientras que la encuesta EDADES 19/20 del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) indica que es la sustancia con mayor prevalencia de consumo en nuestro país entre los 15 y los 64 años.

Un consumidor lía un canuto para su propio consumo. Foto: Alex Larretxi

Un 37,5% de los encuestados reconoce haberlo consumido en alguna ocasión (2,3 puntos más que en 2013); la edad media de inicio es de 18,5 años; y un 2,9% (unos 3,2 millones de ciudadanos) lo ha usado diariamente en el último mes, una proporción ligeramente superior a las anteriores encuestas. Un 1,2% de los encuestados manifiesta que probaría el hachís o la marihuana si fuera legal, mientras que en 2017 este porcentaje era del 2,4%. Una significativa bajada teniendo en cuenta otras subidas.

'Grow shops' y asociaciones de consumidores de cannabis

En la actualidad, las tiendas de cultivo o grow shops pueden vender semillas, pero estas no pueden ser cultivadas. "Nosotros te vendemos todo lo que necesitas: la tierra, los fertilizantes... pero en el etiquetado hay que poner que son para coleccionismo", comenta uno de los responsables de Doctor Cogollo en Santander.

La propuesta de ley de ERC establece que los grow shops son los únicos establecimientos autorizados para la venta y distribución de semillas y plántulas de cannabis, mientras que las de Más País y Podemos reconocen el derecho de asociación en los clubes cooperativos para el autoabastecimiento.

Tarro de cogollos en un club cannábico. Foto: Unai Beroiz

Estas asociaciones de consumidores de cannabis viven ahora en una situación "alegal", como explica Quique, responsable de una de ellas en Madrid. Son asociaciones sin ánimo de lucro en las que se hacen "compras mancomunadas para el consumo de los socios en el establecimiento, del que no se pueden sacar los estupefacientes". Fuera lo pueden requisar y multar.

La SED, a favor pero con controles

El coordinador del grupo de interés en Cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor (SED), Jesús de Santiago, defiende el consumo terapéutico del cannabis y sus derivados porque suponen un "potencial" fármaco que aporta "soluciones" para tratar a pacientes con dolor crónico persistente. En cuanto a la ley, consideran que debería "limitar" las "licencias de utilización" de cannabis medicinal, que suponen una concesión legal para la obtención de la sustancia.

Considera "vital" el seguimiento y la monitorización del paciente. Para ello, recalca que debería acortarse el tiempo de renovación de las licencias a un mes para garantizar "el seguimiento, ajuste de dosis y la detección temprana de los efectos secundarios".

Psiquiatras y neurólogos, dudosos

El jefe de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Gabriel Rubio, y el portavoz de la Asociación Española de Neurología, José Manuel Moltó, advierten de los efectos y riesgos de legalizar el consumo de cannabis. "Sin duda incrementa la adicción", defiende Rubio, que avisa de los aumentos de "trastornos de angustia" ante el consumo de esta sustancia, que también produce más problemas de salud mental.

Moltó explica que su efecto no es igual en jóvenes y adultos. "A la persona mayor le afecta a nivel de memoria, al joven a su desarrollo y capacidades verbales. Cambios que generalmente son irreversibles siempre que se mantenga en el tiempo la exposición".

¿Hay que abrir el debate de la regularización?

Sin pronunciarse a favor o en contra de la legalización del cannabis, Moltó sí apuesta por abrir un debate porque es "legítimo y adecuado", y asegura que "hablar siempre te lleva a la menos mala de las soluciones".

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, Celso Arango, a pesar de que señala al cannabis como responsable de más de un 12 % de los cuadros psicóticos en Europa, se muestra a favor de su uso médico y terapéutico.