Desde la llegada de la Covid-19 nuestras vidas ya no son las mismas, todo gira en torno a esta enfermedad. Hemos tenido que adaptar nuestras costumbres laborales, sociales, familiares y afectivas a las exigencias de la nueva situación sociosanitaria que se ha creado.

A principios del año 2020 nos guiábamos por las directrices de expertos en una materia totalmente nueva, que como tal, carecía de experiencias previas. El fundamento científico era limitado, pero es que no había más posibilidades.

Poco a poco, con esfuerzo concienzudo, se van obteniendo más conocimientos basados en estudios clínicos con diseños metodológicos más favorables.

Odontológicamente, más allá de adaptar la actividad clínica para lograr una práctica profesional más segura, se han observado una serie de alteraciones en la boca asociadas a esta enfermedad.

Las manifestaciones que se han identificado están principalmente relacionadas con el mecanismo de actuación del virus, las alteraciones inmunitarias con las que se relaciona la enfermedad y la farmacoterapia administrada para su tratamiento.

El epitelio oral y la glándula salival de los casos confirmados de Covid-19 presentan un receptor específico capaz de unirse al virus SARS-CoV-2 causando la infección.

Este receptor es muy frecuente a nivel de la lengua y puede dañarse provocando alteraciones del gusto, siendo su efecto a nivel de la glándula salival la xerostomía (boca seca).

Además, se ha mencionado como otro factor que puede causar la alteración del gusto, la correlación con el sistema olfativo, debido a que se necesita de ambas sensaciones para poder identificar sabores más complejos.

Así mismo, se considera que también se podrían afectar los vasos sanguíneos circundantes y las células de sistema nervioso central implicadas en este proceso.

También se ha descrito la aparición de lesiones vasculares, vesiculares y ulcerativas.

Dentro de las vasculares, se observan hematomas situados en el paladar blando o el suelo de la boca y se relacionan con las alteraciones en la coagulación de los pacientes.

El grupo de las vesiculares es bastante frecuentey se caracteriza por formar vesículas, ampollas o incluso úlceras en el paladar, lengua y mucosa bucal y se podrían manifestar con fiebre.

Se han descrito del mismo modo infecciones oportunistas por hongos y el virus herpes.

Según algunos autores, las bolsas periodontales podrían constituir un reservorio para el virus, por lo que pacientes con enfermedad periodontal serían más susceptibles al desarrollo de cuadros de neumonía.

Se considera también, que los ingresos hospitalarios junto a la intubación, pueden provocar alteraciones en la mucosa oral.

Hasta este punto se han mencionado las manifestaciones a nivel de la boca de los pacientes que han padecido la enfermedad, pero no pueden olvidarse las repercusiones que podrían llegar a tener las medidas preventivas que se han aplicado a la población general.

Por ejemplo, la prohibición expresa en muchos lugares del cepillado dental en los aseos que reduce el nivel de cuidado odontológico que tantos esfuerzos ha costado implantar a nivel social.

No debemos olvidar el empleo prolongado de las mascarillas y sus posibles cambios en la oxigenación y pH de la boca, e incluso en la posición mandibular según refieren muchos pacientes cuyas repercusiones deberán ser evaluadas con el paso del tiempo y mediante estudios clínicos bien desarrollados, y por supuesto, dejando claro que el beneficio de su empleo está muy por encima de los posibles efectos secundarios por confirmar.

Mientras todo siga avanzando, esperando un futuro próximo mejor, la odontología deberá seguir velando por sus pacientes, intentando identificar y solucionar las alteraciones asociadas a la Covid-19 mediante un conocimiento y exploración clínica adecuada, sin olvidar su participación en investigaciones científicas oportunas que den luz a esta etapa un tanto oscura de la historia.