La halitosis o mal aliento es un trastorno que todos podemos sufrir en algún momento, especialmente por la ingesta de ciertos alimentos. Sin embargo, en ciertos casos es tan persistente que llega a tener graves consecuencias en las relaciones personales y laborales de quien la padece.
Cubrirse la boca para hablar, mantener la distancia con el interlocutor y consumir grandes cantidades de chicle son algunas de las estrategias empleadas para reducir el impacto que la halitosis tiene en los demás.
La mayor parte de las halitosis tienen su origen en la cavidad bucal, donde las bacterias fermentan las proteínas y producen compuestos volátiles sulfurados, ricos en azufre, que generan el mal olor. Las causas más frecuentes de halitosis son la enfermedad periodontal, comúnmente llamada piorrea, y la suburra lingüinal, un depósito blanco que se halla en la parte posterior de la lengua.Esta placa se produce por las secreciones de la parte alta de la faringe, que está en contacto con las fosas nasales.
También hay otras causas que pueden producir la halitosis como son el consumo de tabaco o alcohol, que influyen negativamente, padecer xerostomia, o boca seca, que suele venir producida por la utilización de ciertos medicamentos, y sobre todo, la falta de higiene.
Para determinar por qué tienes halitosis o mal aliento deberás acudir a tu dentista que será quien analice las causas y valore el tratamiento.Cuando el origen no se encuentra en la cavidad bucal, hay que pensar en la existencia de algún trastorno digestivo o respiratorio, aunque estos casos suelen ser poco frecuentes.
Cómo prevenir la halitosis