aMOREBIETA - Etxano, atrevesada por el río Ibaizabal y ubicada entre los montes Bizkargi y Urrimendi, es una localidad de acogida que ofrece al visitante un interesante paseo por su accidentado paisaje, donde destacan sus diferentes y cuantiosas ermitas y baserris.

Ubicada en el Duranguesado, integrada por barrios diferentes y con múltiples ejemplos de un rico patrimonio histórico, entre los que destacan la iglesia de Santa María de la Asunción y su retablo mayor, la de San Miguel, el palacio neoclásico de Cancelada o la torre Berna y sus restos medievales, propone una interesante ruta de las ermitas, ya más allá del casco urbano.

La localidad presenta edificaciones periféricas religiosas y civiles de interés sobre las que, desgraciadamente, la mayoría de los zornotzarras apenas tiene vagas referencias o desconoce. En un catálogo municipal se recogen 17 ermitas levantadas en los siglos XV y XVI.

Todas ellas cuentan con características comunes, ya que no se abovedan y son de aparejo pobre aunque conservan ingresos de medio punto o apuntados que ayudan a clasificarlas dentro de los variados estilos históricos. Destacan las iglesias de San Miguel de Dudea, San Pedro de Boroa -ambas cabezas de sendas cofradías administradoras de las ermitas que de ellas dependen-, San Antonio de Elgezabal, San Vicente de Arkotxa-Bediaga...

RENOVACIóN

El visitante no debe pasar por alto la ahora bastante deteriorada ermita de San Juan de Ofrendo, hoy en manos privadas. El resto de ermitas ha vivido una importante y necesaria renovación los últimos años gracias a las dinámicas auzolan llevadas a cabo por diversos vecindarios con la ayuda económica del consistorio zornotzarra en el aporte de materiales. Y a quien se adentre en el núcleo de San Antonio, le llamará la atención la ermita de San Miguel de Dudea, una de las más hermosas de la localidad.

La calidad arquitectónica e histórica de los baserris locales también está fuera de toda duda. Se conservan ejemplos de algunos del siglo XVI, como Zabale Bekoa, en Ergoien. Aurtenengo, en Aldanas, y Etxebarri, en Boroa, prototipos finales de los caseríos con armazón de madera, son dos muestras representativas de su evolución hasta el siglo XVII.