El CX-5 anuncia cambios. Serán sobre todo estéticos, para adecuar su aspecto a las tendencias de la moda; no obstante, también afectarán a su estructura, reforzando el chasis para optimizar el comportamiento dinámico. Las modificaciones se verán a comienzos del año venidero, aunque la comercialización comenzará mucho antes; Mazda anuncia para el modelo un precio oficial de partida de 30.900 euros.

El más corpulento de los SUV de la gama Mazda (su carrocería de cinco puertas supera los 4,5 metros) es también el producto más solicitado del catálogo en el mundo. No sucede lo mismo en el mercado europeo, y menos aún en el español, donde lo supera ampliamente su hermano menor (4.518 unidades, frente a 1.646 de enero a agosto). La renovación persigue incrementar sus ventas y acercarse a las buenas cifras del CX-3.

Con esa finalidad evoluciona su apariencia, que gana prestancia con algo de cirugía en su semblante. El tratamiento reporta una parrilla y unos grupos ópticos más vistosos y refinados. Las nuevas facciones se acompañan de una paleta de colores con mayores posibilidades de elección. La puesta en escena gana enteros de forma progresiva a medida que se asciende en la jerarquía de seis niveles de terminación ahora prevista.

Entre el más sencillo y asequible acabado Origin y el suntuoso Signature encajan las definiciones Evolution, Newground, Zenith y Homura. Cabe sospechar que en esa escalada, el empaque y el dinero van aumentando en paralelo. Estas ejecuciones comparten unas dotaciones esenciales que contemplan luces LED diurnas, cámara trasera de ayuda al estacionamiento, cargador inalámbrico, llantas de aleación de 19 pulgadas y sistema multimedia Mazda Connect, con pantalla de 10,25 pulgadas, compatible con Android Auto y CarPlay.

Entre las novedades de equipamiento que destaca el fabricante figura un Asistente de trá?co y crucero (CTS) incorporado al sistema de seguridad i-Activsense. Su cometido es atenuar la fatiga del conductor prestando asistencia al acelerador, al pedal del freno y a los movimientos de volante en situaciones de tráfico lento. Asimismo, los faros Smart Full LED adaptativos también han evolucionado, pasando de 12 a 20 módulos de diodos para distribuir la luz con mayor precisión.

El catálogo motriz no presenta modificación alguna. El CX-5 continúa confiando en los cuatro bloques conocidos. Son dos propulsores Skyactiv-G de gasolina, uno de dos litros con 165 CV y otro de 2.5 con 194 CV, ambos provistos de sistema de desactivación de cilindros para mejorar su eficiencia. Para quienes resistan el acoso mediático al diésel, Mazda oferta variantes del motor 2.2 Skyactiv-D con 150 y 184 CV. El modelo da a elegir entre transmisión manual o automática, y entre tracción delantera e integral. En estas versiones provistas de sistema i-Activ AWD, el selector Mi-Drive agrega un modo Off-Road, que mejora la adherencia en superficies sin asfaltar y suelos deslizantes.

El Mazda CX-5 anuncia un precio de partida de 30.900 euros. Es el importe que la tarifa oficial asigna a la versión 2.0 Skyactiv-G 165 CV con transmisión manual de seis velocidades y acabado básico Origin.