Erigido en abanderado de la movilidad sostenible, el constructor germano ha decidido apostar abiertamente por la progresiva electrificación de su gama. El nuevo Clase C brinda el mejor testimonio de esa política, al proponer una gama en la que todos los motores emplean parcialmente la electricidad para optimizar su eficiencia energética y atenuar su impacto medioambiental.

Lo hace valiéndose del sistema de hibridación ligera de 48 voltios. Dicha tecnología incorpora un bloque eléctrico auxiliar de 20 CV, que hace las veces de alternador y motor de arranque; está alimentado por una pequeña batería y tiene la doble misión de apoyar al motor térmico en los esfuerzos y de recuperar energía en las fases de desaceleración. Mercedes-Benz marca diferencias respecto a la mayoría de los fabricantes al seguir depositando su confianza tanto en la gasolina como en el gasóleo.

En consecuencia, el menú de lanzamiento del Clase C contendrá cinco posibilidades de elección derivadas de propulsores de cuatro cilindros, 1.5 y 2.0. Dos de las variantes son de ciclo diésel (C 220d con 200 CV y C 300d con 265 CV) y tres de gasolina (las C 180, 200 y 300, con 170, 204 y 258 CV respectivamente). Todas instalan transmisión automática 9-GTronic de nueve relaciones. Algunas de esas propuestas motrices pueden sustituir la tracción trasera por la integral inteligente 4Matic.

Las homologaciones (WLPT) acreditan comedidos registros de consumo y emisiones. Los bloques a gasolina marcan una horquilla de gasto entre 6,2 y 7,9 litros, dependiendo del tipo de carrocería y de la tracción, lo que se traduce en un flujo medio de dióxido de carbono de 141 a 180 gramos por kilómetro. Los motores de gasóleo rebajan esos valores, firmando promedios ideales de consumo entre 4,9 y 5,8 litros, que comportan difusiones de CO2 entre 130 y 152 g/km.

En el repertorio del Clase C ingresarán más adelante otras variantes, entre las que destacan las híbridas enchufables. La primera será la C 300e, con 313 CV, a la que se unirá luego otra algo menos solvente cuyo motor térmico será diésel. Ambas rondarán los 100 km de autonomía en modo de avance 100% eléctrico. La gama incluirá, asimismo, la habitual interpretación AMG de alto rendimiento, provista de una mecánica tetracilíndrica con más de quinientos caballos.