L EQV es un eléctrico fuera de lo corriente. Para empezar, su corpulenta figura desentona en un panorama de modelos a batería donde proliferan las propuestas compactas. Además, el superfamiliar de Mercedes-Benz marca diferencias respecto la mayoría homologando un alcance máximo de 357 km, que puede superar los 400 en condiciones favorables. Brinda a sus usuarios (hasta ocho a la vez) la hospitalidad y la tecnología que distinguen a la firma de la estrella, así como la agilidad de un motor con 150 kW (204 CV). Reclama a cambio, un desembolso mínimo cercano a los 80.000 euros. Se convierte, por tanto, en objeto de deseo una clientela exigente y solvente, en la que se mezclan empresas y particulares que han cumplimentado muchas páginas del libro de familia.

El derivado 0 emisiones del Clase V, monovolumen premium inspirado a su vez en la furgoneta Vito, adopta la denominación comercial EQV 300. Es, como sus referentes, un producto made in Gasteiz, que sigue la estela de anteriores variantes electrificadas. Lo mejor que se puede decir de esta creación es que reedita las cualidades, las funcionales y en buena medida las dinámicas, de su hermano animado con propulsores de combustión.

La conversión en eléctrico no menoscaba la capacidad ni la habitabilidad, puesto que las baterías van alojadas en el piso, entre ejes. Esa disposición de los kilos de más (casi 500) ha obligado a reforzar la suspensión y a elevar 2 cm la altura, pero procura un aplomo adicional al vehículo, que hace gala de unas más que decorosas prestaciones. A ello contribuye decisivamente el motor de 150 kW, equivalentes a 204 caballos; dicha potencia, remitida a las ruedas delanteras, compensa en buena medida el incremento de peso. Así que el EQV rueda con soltura a 140 km/h, límite de velocidad que puede elevarse voluntariamente hasta 160 km/h. Para las personas más entendidas resulta especialmente revelador el dato del elevado par motor (362 Nm), indicio inequívoco de una elasticidad en la respuesta que Mercedes-Benz no precisa facilitando tiempos de aceleración.

El bloque impulsor, que va unido a la habitual transmisión automática, obtiene la energía de una batería de iones de litio con una capacidad útil de 90 kWh. Para reabastecer su contenido, el EQV equipa de serie un sistema de recarga por corriente alterna para instalaciones domésticas o públicas con hasta 11 kW, y también para bornes de corriente continua en puntos rápidos, con hasta 110 kW. Dependiendo del tipo de conexión, la operación de repostaje requiere entre diez horas y 45 minutos de espera; la toma a bordo se encuentra en el flanco izquierdo del paragolpes delantero, una posición accesible pero expuesta en caso de colisión. Mercedes-Benz, que incluye cuatro años de mantenimiento en el precio de este vehículo, concede una garantía de ocho años o 160.000 km a la batería.

El EQV, como casi todos los modelos de su índole, también se autoabastece recobrando algo de la energía desprendida en frenadas y deceleraciones. El grado de recuperación se deja a la elección de quien conduce, que puede optar entre cinco niveles de intensidad. En el primero (D Auto) el sistema trabaja de forma dinámica y predictiva, en función de los datos proporcionados por los asistentes de seguridad, la cámara y la navegación; en el siguiente (D+) no se produce recuperación alguna; el nivel medio (D) aprovecha para recobrar energía emulando la desaceleración típica del efecto freno motor habitual; en los dos niveles siguientes (D- y D--) la intensidad de la retención y la recuperación aumentan paulatinamente, hasta el punto de que el último de ellos prácticamente permite prescindir del pedal de freno, ya que el vehículo se detiene nada más soltar el acelerador.

Además de estos cinco grados de regeneración energética, el EQV 300 propone al usuario cuatro programas de conducción. Cada uno de ellos plantea un compromiso diferente entre prestaciones, confort y autonomía. El normal, denominado modo C, mantiene el rendimiento de potencia y par motor, con plena disponibilidad de la climatización. El modo E optimiza la autonomía modulando la respuesta de calefacción y aire acondicionado, al tiempo que recorta la entrega de par a 293 Nm y la de potencia a 100 kW; no obstante, un pisotón al acelerador devuelve los 150 kW (efecto kickdonwn), algo muy útil para solventar situaciones como la incorporación a una vía rápida o un adelantamiento apurado. Esta función perdura en el tercero de los modos, el E+, configurado para conseguir el máximo alcance sin repostar: contiene la potencia en 80 kW y restringe aún más la aportación de la climatización para evitar consumo eléctrico. La cuarta posibilidad, la que ofrece el modo S, propone una actitud completamente opuesta y fomenta la conducción más efusiva, propiciando la inmediatez en la respuesta al acelerador; como contrapartida, el radio de acción del EQV en este modo sport ni se aproxima a la autonomía máxima homologada.

El modelo plantea entre sus dotaciones extra la opción de la suspensión neumática Airmatic, que controla de forma automática la altura del vehículo: aumenta la distancia al suelo cuando se rueda a velocidades bajas y la reduce al ir deprisa para minimizar la resistencia aerodinámica, favoreciendo así la eficiencia energética y la duración de la batería.

El EQV 300 abandona la fábrica provisto de un completo equipamiento. Forma parte del mismo el sistema MBUX (Mercedes-Benz User Experience), sistema de información y entretenimiento que gestiona las constantes vitales del vehículo a través de una pantalla táctil de 10,25 pulgadas.

Entre las dotaciones de seguridad del modelo figuran el control de ángulo muerto, la detección de cambio involuntario de carril, el paquete de asistencia a la conducción, asistente de frenado activo, control de atención, sistema Pre-Safe, conexión automática de luces de cruce, asistente de señales de tráfico, ayuda al arranque en pendiente, etc. En el capítulo funcional destacan la integración del smartphone en el sistema MBUX, navegación con Live Trafic y tres años de servicios incluidos, sensor de lluvia, cuadro de instrumentos a color, asientos delanteros calefactados, butacas individuales en las dos primeras líneas, llantas de aleación de cinco radios en 17 pulgadas, techo de cristal gris, y volante multifuncional con ordenador de viaje, regulable y revestido de cuero.