Hay objetos que han marcado la infancia de muchas generaciones, ya sean boomers, millenials, generación Z, etcétera. Y uno de ellos es la goma de borrar, que se mantiene en los estuches con el paso de las décadas, porque por mucha tecnología que se utilice hoy en los colegios, el lápiz (o portaminas) y las pinturas siguen siendo un material escolar básico. Porque los errores en textos y dibujos hay que borrarlos.

Y si hablamos de goma, el primer nombre que vendrá a casi todos es Milan (sin tilde). Quién no ha tenido una Milan nata rectangular (con su olor característico y su plástico rosa) o una Milan 430, la clásica cuadrada y compacta, hecha de caucho sintético y con las letras rotuladas en diagonal. Pues una de esas 430 va a pasar a la historia.

Hasta ahora, y desde el inicio de la producción en 1918, ese modelo se vendía en tres colores: blanco, rosa (o naranja, según se mire) y verde. Pero este último color ha desaparecido de todos los catálogos de la marca española (con origen en Girona) y en todos los modelos, no sólo el 430. No habrá más gomas verdes; sólo blancas y rosas. Así que si tienes una o consigues aún una que encuentres en alguna tienda, consérvala en un lugar seguro que tal vez multiplique su valor, que hay mucho nostálgico.