DIRECTORA de Segaser S.L. empresa dedicada a la gestión y asesoramiento de seguros e inversiones, Marta Aburto es una mujer empoderada, hecha a sí misma y empeñada en extender sus conocimientos a otras mujeres. Porque "el mundo de la empresa y en definitiva el mundo del poder, está hecho a medida de los hombres. Es evidente que existe una discriminación que podríamos decir que antes de manifestarse en una práctica social, es una manera de pensar que aprendemos desde la infancia", sentencia.

Lleva casi 30 años trabajando en el sector del seguro, "muy machista", y puede afirmar con conocimiento de causa que está muy masculinizado, porque siendo el 55% de las personas que trabajan en este sector mujeres, solo un 15% acceden a puestos de dirección y poder, "las cifras lo dicen todo", apunta.

Consciente de las dificultades de las mujeres emprendedoras a la hora de acceder al trabajo y a los puestos de decisión, Marta, junto a Nerea Landa, responsable científica y médica de Dermitek en Bilbao, ambas de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED), utilizan su profesión para poner en contacto a jóvenes universitarias y mujeres que están empezando su proyecto empresarial con las profesionales de la asociación, propiciando así un aprendizaje bidireccional. Este mismo empuje lo refleja en el día a día de su profesión donde, uniendo seguros más tecnología, busca crear dentro del sector de los seguros, en el que trabaja desde 1992, nuevas formas de ofrecer los productos y servicios; y en su labor en la junta directiva AED (Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia) trabajando en el proyecto Impulsa que intenta crear un hilo conductor de apoyo y emprendimiento entre profesionales y jóvenes universitarias o recientemente graduadas con proyectos empresariales en ciernes. De esta relación, Marta espera que surja un mutuo beneficio para todas estas mujeres.

"El proyecto Impulsa, con la colaboración de la Diputación foral de Bizkaia y el Gobierno vasco, es una de las iniciativas más interesantes y claves que ponemos en marcha desde la Asociación", subraya sonriente a DEIA esta mujer extrovertida y cercana, que hace que resulte fácil relacionarse y compartir inquietudes con ella, mujer independiente, feminista decidida y luchadora.

"Por mucho que se diga que aquí existe el matriarcado, esto es un txoko de los tradicionales", dice, al tiempo que como la mayoría de la mujeres en su situación, es muy conscientes de que la Ley de Igualdad de 2007 no se cumple. "Necesitamos unas políticas en las que las estupendas leyes que tenemos se pongan en marcha y funcionen. Las mujeres seguimos teniendo grandes dificultades a la hora de acceder a puestos de poder, donde se dirime lo que acontece a la sociedad, sin tener en cuenta que las mujeres somos el 50% de la población", recalca Marta.

También es consciente de que apenas llevamos cien años en los que la mujer ha podido acceder a la vida pública. "Hasta anteayer mismo todavía teníamos que pedir permiso a los maridos para sacar el carné de conducir o pedir un crédito... A los hombres les han educado en la pedagogía del privilegio. Es difícil cambiar la situación, pero tenemos que trabajar en ello", sostiene esta luchadora por la igualdad de oportunidades.

A pesar de las dificultades que arrastramos, Marta Aburto se muestra esperanzada porque la juventud va cambiando, "mucho más que las mujeres de mi edad que han sufrido o sufren la discriminación, pero siguen conviviendo con ella sin rechistar. Nos hemos acomodado, aunque la realidad de discriminación sigue conviviendo con ella sin rechistar ", se lamenta esta empresaria.

Marta sostiene, con razón, que la economía de los países va mejor cuando cuentan con las mujeres: "Los políticos tendrían que rodearse de gente que trabajamos en redes y sabemos lo que realmente necesita la sociedad; nos beneficiaríamos todos, porque palparían las necesidades del día a día de la ciudadanía", recalca, esperando que proyectos como el suyo puedan ser el germen de la solución a estas necesidades. Algo que pasa por mujeres que creen en el feminismo y en sí mismas.