MIENTRAS media Australia se quema y los megaincendios azotan Bolivia, hay quien propone modelos de negocio responsables y conscientes para preservar el planeta. Pisando fuerte en un mercado que tiene cada vez más demanda, dos jóvenes bilbainos de 31 años, Borja Subiza y Sergio Vara, han lanzado Ecoblainers, unas zapatillas con el objetivo de crear un mundo con menos contaminación. Estos dos amigos de Deusto vieron la necesidad de crear una moda ecológica y sostenible, por eso trabajan con calzado a partir de materiales orgánicos. "Surgió la idea de hacer un producto diferente que además demandaba la sociedad. Todo con el compromiso de ofrecer un producto sostenible y de calidad", explica Subiza, que se dedica a la consultoría de marketing, y que junto con Vara empezó a vender y a testar el mercado el pasado abril.

Con este propósito, localizaron una empresa familiar de Arnedo, en Logroño, con la que poder trabajar en estas zapatillas con conciencia medioambiental. "Es una empresa muy artesanal y muy poco mecanizada. Además el 100% de la fabricación es local", sostiene Subiza.

Con Ecoblainers, Subiza y Vara, dan pasos en la dirección correcta. "Tenemos algunos modelos con toda la tela confeccionada con tapones de botellas que se recogen en el mar. Se llama Pet reciclado. Otras telas son de varios materiales reciclados y de algodones orgánicos", aclaran. También la suela se compone de caucho natural. "Eso hace que la fabricación de ese caucho no necesite materias derivadas del petróleo o de residuos fósiles. Porque es un látex, una materia que se extrae de determinados árboles. Además otra cosa importante es que en la unión entre la suela y las telas, y a diferencia de la mayoría de zapatillas, no se utiliza ningún compuesto químico ni pegamentos. Se realiza mediante un procedimiento de presión y calor que se llama vulcanización del caucho", indican a modo de prospecto.

Y es que no hay que olvidar que las deportivas son una de las prendas con mayor huella de carbono. Según un estudio realizado por el MIT, un par de deportivas típicas para correr generan aproximadamente 13,6 kg de emisiones de CO2 ya que el grueso de las emisiones procede de su fabricación, habida cuenta los procesos de producción y los materiales implicados, casi todos plásticos.

Por eso el espíritu ecológico está en el ADN de Ecoblainers. "No somos ni mucho menos los únicos, pero la manera en la que trabajamos sí es más específica que la que utilizan otras marcas". "Además hay firmas que dicen que hacen ecológico y realmente hacen muy poco". Todo ello sin perder un ápice de bienestar porque son snackers ultraligeras y muy cómodas. "Las suelas de caucho natural tienen unas propiedades que hacen que el calzado sea mucho más flexible. Se adaptan al pie como un guante, prácticamente parecen un calcetín. Y no pesan nada. También son transpirables, lo que supone que no genera olores porque no hay bacterias ni hongos cuando hay humedad", señala Subiza.

El precio también juega a su favor. "Lo hemos ajustado mucho porque la fabricación de estas zapatillas es más cara que la que se hace, por ejemplo, en el sudeste asiático, con otro tipo de plásticos. Tenemos un coste de producción más alto pero si nos comparas con la competencia en ecológico, ofrecemos un precio medio-bajo", indican.

Bilbao he entrado de lleno en esta tendencia eco-friendly y las zapatillas están teniendo gran aceptación fundamentalmente vía on line. "Hay clientes a los que le gustan nuestros diseños y que además valoran que sean ecológicos". Un proyecto que cuenta asimismo con el doble objetivo de abordar el problema de la generación de residuos creando también un modelo circular de producción.