COMO vamos a entendernos si no nos escuchamos?, reflexiona la bilbaina Marta Fernández Rivera, periodista con una larga trayectoria en comunicación y marketing especializados en salud; Organizadora de eventos on y off line; moderadora de jornadas, RRSS, RRPP? Apasionada de su trabajo que realiza con gran eficiencia, siempre centrado en las personas. La humanidad, la honestidad y la empatía, y también su elegancia, son rasgos que la definen y que hacen que sus trabajos tengan una marca “especial”.

Le pregunto cómo es la vuelta al trabajo de una freelance, tras las vacaciones no pagadas y sonriendo responde que las vacaciones son una necesidad por nuestra salud física y mental, en el caso de los freelances, autónomos, emprendedores (como quieran llamarnos) no nos pagan los días de vacaciones, “así que cada uno lo tiene que asumir. Es uno de los aspectos negativos, parece que tenemos todas las obligaciones, pero menos derechos ? Afortunadamente empiezo el curso con muchos proyectos y trabajos que me encantan? Ser freelance es un reto diario lleno de oportunidades, aunque también lleno de incertidumbre?”, explica.

La mayor parte de su vida laboral la ha realizado como trabajadora por cuenta ajena y desde hace cinco años trabaja como autónoma. “He estado en ambos lados y como todo en esta vida, tiene sus pros y sus contras. Como freelance destacaría como muy positivo el poder elegir y trabajar en proyectos y con profesionales muy diferentes, que te enriquecen. Tienes más libertad y es una enorme satisfacción poder llevar a cabo tus ideas y convertirlas en proyectos, como en GaituzSport de Innovación Social, una plataforma que genera Comunidad a través de la Actividad Física y el Deporte o womenBI: Igual talento, igual reconocimiento. También la gestión del tiempo, de tus horarios, poder trabajar a cualquier hora y desde cualquier lugar. ¡Cuánto tenemos que agradecerle a la tecnología! Para mí el tiempo es un lujo impagable”.

Con notable presencia en las redes sociales considera que son un reflejo de nuestra sociedad, con lo bueno y lo malo. “Las defiendo por todas las cosas positivas que nos aportan. Nos informan, conectan, nos dan voz, nos igualan, nos divierten, han democratizado la comunicación? Por supuesto que hay cosas negativas en las redes, y también en las calles? Hay que saber utilizarlas y formarse. La educación, el respeto y una buena legislación son fundamentales”, pero por otro lado, entiende que muchas personas no quieren estar en las redes o que se cansen de ellas. Hay que alimentarlas y hay mucho postureo. Muchas personas no dicen lo que piensan por temor a los haters, trols?

¿El postureo ha llegado también a las redes sociales? “Sí. ¡Está en todas partes! En el ámbito de la salud los mensajes se han polarizado entre un optimismo extremo falso e irreal y un negativismo crónico que paraliza. Hay que buscar un equilibrio, entre tanto happy y tanto hater. Estos mensajes no benefician a los pacientes, en muchos casos los culpabilizan por no ser tan optimistas, estar siempre “felices” y corriendo maratones ? “Hay que ser realistas los pacientes, son personas no superhéroes. Y en el otro extremo, fomentar la negatividad te hunde aún más. No podemos estar siempre bien o siempre mal?”, reflexiona.

Marta reconoce que las redes han ayudado a los pacientes “que han encontrado en ellas lo que no tenían fuera: Compartir y comprensión entre iguales; acceso a información y formación, que hasta entonces estaba restringida a los profesionales sanitarios; apoyo emocional? Las redes son un gran altavoz para las personas que viven con una enfermedad, son emoción y conocimiento”. Pero es consciente de sus aspectos negativos. “Las faltas de respeto, las fake news; los profesionales y los medios tenemos la responsabilidad de no publicar titulares y noticias sensacionalistas confundiendo o creando falsas expectativas a pacientes y familiares”, demanda.