SI alguien en Bilbao sabe de ocio, sea nocturno o diurno, sea en día de labor o fiesta ese es Arturo Trueba. Si alguien necesita una guía del ocio bilbaino/vizcaino,por extensión, la Ría del Ocio, de la mano de Arturo, su director le llevará por ambas márgenes de la ríadisfrutando de las mejores diversionesde la Villa de Don Diego. “Aunquea veces se quejan algunos turistas ytambién bilbainos de que en nuestraVilla haya poca oferta de ocio, la realidades bien diferente; hay muchaoferta de ocio a todos los niveles, nosolo entendido como el consumo debares y restaurantes, pero muy pocodiversificada. Hay calles míticas antesde la era Guggenheim, como Pozas,Ledesma, Aretxaga, Ajuriaguerra,Heros... y en el Casco Viejo, la plazaNueva o Unamuno, y establecimientosde mucha solera, como el Kirol,el Nicolás, Casa Rufo... que convivencon propuestas consolidadas comoBascook, Txocook, Txakolí Simón,en Artxanda, Etxanobe, de FernandoCanales, Basquer, Zarate o Sultán,el nuevo asador en las puertas delCasco Viejo ”, dice este bilbaino depro. “En realidad el reto en el ocio deBilbao es la diversificación. En ellose está ; ideas no faltan, pero elcamino es quebrado, porque juntoa las personas que disfrutan el ocioestán los que trabajan o los que simplementequieren descansar; combinarsus intereses y demandas estarea de ganchillo fino”, dice sonriente.

Apuesta por la recuperación de lagastronomía tradicional, “porque elturismo que nos llega busca algo diferente,costumbres distintas, nuevossabores y experiencias. Hay queencontrar la fórmula para compaginarlo moderno con lo tradicional”,sostiene, al tiempo que recalca que enla oferta hotelera Bilbao se ha europeizado.Pero se lamenta de que laVilla carezca durante toda la semanade locales de referencia ?como lo fueen su día la Otxoa? donde se puedatomar una copa por la noche; hace40 años había más ambiente nocturnoque ahora, además era de calidad”,se lamenta.Le gustaría que las alternativasnocturnas fueran tan numerosascomo la oferta cultural existente,“que casi me parece excesiva. Cualquier día de la semana se tiene la posibilidad de disfrutar de cualquiertipo de música; el que no quiere aburrirseno se aburrirá nada”.

Sin embargo, le preocupa la escasaoferta que tienen los jóvenes almargen del botellón. “En las fiestasde Bizkaia/Euskadi siempre hay unaplaza/parque que se convierte en elcentro del botellón; es una costumbreque se acentuó con la crisis; tendríamosque trabajar más para cambiarestos hábitos. Ellos/as entiendenque pueden gastarse mucha pasta enun móvil, pero son muy mirados paragastar en alternar con los amigos”.Para el turismo, Trueba aboga porcafés, clubs donde haya música todoslos días de la semana, “como existenen ciudades como Praga, en Bilbaotendría cabida un espectáculo estable,que cambiara de repertorio y permitieratener activos a profesionalescon mucho nivel y que en muchoscasos han tenido que salir fuera deEuskadi”, dice, al tiempo que consideraque hay que recuperar el alma delBilbao industrial. “Hemos pasado aun boulevard francés, que está bien,pero se echa de menos el alma de laría industrial”, propone, sin olvidar elocio activo vinculado al deporte, lascaminatas hasta Zorrotza. “Porque,además del poteo está el pateo. Aunquese fomenta la bici, Bilbao es complicado;es un botxito ideal para recorrerloandando o en transporte público.Pero la meta, los 10.000 pasosmínimos para todos y todas”, y a divertirseque Bilbao da para mucho.