CON sus abdominales paranormales, su culazo de escándalo y una personalidad a prueba de sonrojo, Leticia Sabater petó el viernes noche la txosna Bilbogay&less. Esta noche yo decido hora y lugar pa’ chingar porque me encanta el mambo que tú me das. Y la letra del hit continúa. Qué rico despertarme contigo, desayunando hamburguesa. Jugando a pringarme la cara con tus 18 centímetros con mayonesa. Buahhh. Pura poesía. Eran solo las diez de la noche y la frikimovida en Ripa no había hecho más que empezar. Sabater galáctica y plata con botas fucsias XXL, una princesa Sheena pornostar en el primer pase; Sabater brilli, brilli, con chaqueta de lentejuelas que sale despedida y epata a la peña con sus abdominales de pega, en el segundo.

Leticia llegó como una exhalación a Bilbao porque ayer mismo actuó en Cádiz. “He venido muchas veces porque los vascos me apasionan. Hace tiempo que mi madre me dijo: Leticia; los vascos, los mejores. Cada día estáis más buenos”, grita desde el escenario. Y el público entregado, pero teniente, aplaude. Porque hay que estar duro de oído para escuchar La Salchipapa, El Pepinazo o 18 centímetros papi, y no entrar sin remisión en el paraíso de los sordos.

Enamorada de su cuerpo. Leticia provocativa, Leticia exuberante, Leticia hiper recauchutada pero Leticia en carne viva. “Estoy encantada con mi nueva lipoescultura. Mis abdominales parecen de gimnasio total. Están mucho mejor que cuando los enseñé en el Sálvame. Pero oye que no solo han sido los abdominales o los bíceps. Me he puesto 300 gramos de grasa en el culo y claro, no veas, tengo un pedazo de culo imponente”, declara a DEIA antes de arrancar un concierto sin calificativos.

Da igual que cante el YMCA de Village People o Ni tú ni nadie, de Alaska; a sus pies, sus incondicionales le rinden tributo ajenos al desafine. “Leti, tu eres nuestra reina”, “Bilbao te quiere”, decían algunas pancartas exhibidas por sus fans. Y ella todavía más neumática. “Es que el público viene a mis shows a divertirse, no a decir obscenidades ni groserías”, argumenta. Por eso llega a los más jóvenes y a los más mayores, con la diferencia que unos le han visto en la tele y otros en YouTube. Para los que opinan que es un esperpento, hay otras treinta y tantas txosnas abiertas.

Sus declaraciones extemporáneas, su cuerpo de Hulka y el leti rap la han consagrado en el reino de los frikis. Pero han sido sus interminables operaciones y ser prácticamente una adicta al bisturí -ya sorprendió a propios y extraños con su reconstrucción de himen- lo que la han elevado a Olimpo de los memes. Con estos antecedentes, lleva al público al delirio. “En el escenario siempre tengo momentos en que la gente grita de pasión, cuando me tiro al suelo, cuando enseño los abdominales, cuando bailo el leti rap, que es total...”. Y por supuesto, como el viernes, cuando interpretó la canción de Mister police Man porque sacó a un joven del público -supuestamente sin los papeles del coche en regla- y le multó con un pico en la boca.

Esta Leticia -sin z- es de armas tomar. Presentadora infantil, aprendiz de cantante, actriz en prácticas... frases como 7 gin tonics, un tequila y un buen pedo ponen a Sabater en el nivel musical que merece. Pero a ella las críticas le resbalan. “Mi público ya sabe que no viene a la ópera a ver a Maria Callas ni espera una intelectual erudita vestida de monja. Ellos saben que lo doy todo. Por eso es mi mejor gira desde hace años y tengo 60 bolos este verano”.