LA bilbaina Vanesa Fernández lleva doce años en la universidad técnica de Múnich, (Alemania) y tres en Max Planch, investigando sobre las propiedades con las que cuenta la talidomida contra el cáncer. Recientemente Fernández ha impartido un seminario en el CIC Biogune de Zamudio bajo el título Escándalo, la talidomida y el tratamiento del cáncer. Vanesa es una de las científicas con mayor solvencia entre la comunidad científica internacional que trabaja desde 2010 en la Universidad Técnica de Múnich (TUM). Al lado se implantó hace unos años el centro de biomedicina donde lleva las investigaciones. “Trabajamos directamente y mucho más rápido con muestras de personas enfermas de cáncer. Es primordial coordinar esa labor y contar con tejidos de personas que sufren la enfermedad para conocer cómo evoluciona el fármaco en la molécula. Con esta fórmula se acorta mucho el tiempo de la investigación básica a la aplicada”. En la actualidad, hay una treintena de personas con cáncer a las que se les está tratando con la talidomida. “La mejoría de estas personas es enorme”.

En la década de los cincuenta y principios de los sesenta, la talidomida se utilizaba para tratar las náuseas durante el embarazo. Sin embargo, se descubrió que causaba efectos graves en las gestantes. A pesar de su historia, años más tarde se ha demostrado que la talidomida es eficaz para tratar algunas enfermedades. En Euskadi hay alrededor de 21 afectados, pero son otros tantos a los que no se les reconoció y muchos han fallecido. Entre 2003-2004 todo cambió; la casualidad llegó a demostrar que la talidomida es la única droga que es efectiva en ciertos tumores hematológicos. “En Brasil los médicos no sabían qué suministrar a los pacientes y tiraban de lo que tenían. Se utilizaba algo sin saber qué iba a generar. Así se demostró que este fármaco es eficaz contra la lepra”.

Fernández lleva años estudiando el potencial antitumoral del fármaco. En su opinión “puede tener efectos positivos para el tratamiento con el cáncer, como es el mieloma”. El problema de la talidomida es que “se producía una disminución de proteínas en la membrana durante un periodo de tiempo muy concreto que era la gestación” . La capacidad de reducir el complejo proteico de las membranas celulares puede ser positivo para tratar el mieloma múltiple y extrapolarlo a otro tipo de tumores. “El 70-80% de los pacientes a los que se les suministra la talidomida mejoran mucho en los siguientes dos años”. Lo que interesa saber ahora es a nivel molecular, en la célula, qué es lo que está afectando. “Si se conoce qué se está afectando con ese medicamento sabremos qué vías tomar para atajarlo y evitar que en dos años la talidomida deje de hacer efecto.

A esta vecina de Irala el mundo de la investigación le fascinó desde pequeña. “Llevaba piedras a casa de las minas de Irala para analizarlas”. Ha contado con la oportunidad que le ha brindado el Gobierno vasco para formarse en el extranjero. “He intentado volver muchas veces, pero por el momento no ha podido ser”, concluyó.