rOSAS rojas para las amatxus más dulces... y menos empalagosas. El Gremio de Pastelería de Bizkaia quiere llenar las pastelerías de flores comestibles para celebrar este domingo el Día de la Madre. “Buscamos felicitar y agradecer a todas las madres por ser maravillosas y únicas”, explica Manuel Angulo, presidente del Gremio de Pastelería Artesana de Bizkaia que agrupa a más de 40 profesionales del sector. Es la primera vez que estos reposteros sacan un producto exclusivo para las madres y su día. Al igual que el Día del Padre tiene las txirloras de San José, Aste Nagusia su tradicional baldosa y la Amatxu de Begoña, su icónica tarta, en esta ocasión, las madres se convierten en grandes protagonistas con una tentación dulce y una pastelería que llega al alma y al corazón.

Este postre -que se podrá comprar a un precio entre 4 y 5 euros- consiste en una rosa roja que se elabora a partir de una mousse de chocolate con relleno de frambuesa. “Partimos de una mousse de chocolate tradicional (nata, yema batida y chocolate) y trabajamos sobre ella hasta que adquiere la forma de una flor. En el corazón del postre, para dar un toque de sabor y potenciar el conjunto, situamos un núcleo de frambuesa”. La mousse se completa con una tartaleta con una ganache de chocolate que lleva también nata y mantequilla. Un pastel de un profundo color rojo, que define el amor y la pasión con mayúsculas. Con esta exquisitez no apta para dietas hipocalóricas, los reposteros no temen que haya empezado ya la operación bikini. “A nadie la amarga un dulce y además siempre se puede continuar con la operación al día siguiente”, bromean. Porque este pastel no solo es una delicia al paladar sino que está elaborado con una precisión y un detallismo propio de artistas. “No es una producción en serie. Estas rosas se hacen con mucho mimo y cariño y por supuesto una a una. La pastelería es matemática pura. Necesita pesos y medidas exactas y requiere de una creatividad muy singular”. Que se lo digan si no a esos pétalos que culminan la flor y que aparecen impregnados de unas ligeras gotas de gelatina a modo de rocío.

Esta rosa del Día de la Madre - flor y pastel reunidos en un solo detalle- podrá encontrarse mañana sábado y el domingo en cualquiera de las pastelerías con el distintivo; Aquí pastelería artesana -identificadas con la silueta de una carolina- repartidas por todo el territorio. Pero, tal y como subraya el presidente del gremio, “lo importante es que la gente participe de la iniciativa”.

Y aunque mayo es un mes vinculado a las flores y a la figura de la madre, la iniciativa surgió con el objetivo de crear un producto diferente a lo que generalmente se oferta ese día, “distinto a las tartas, pastelitos y bombones... algo particular y sobre todo dedicado en exclusiva a las madres”. José Ramírez precisa que “la rosa se eligió porque antiguamente en las pastelerías se regalaba un clavel a los hombres que entraban a comprar para que se lo llevasen a sus señoras. Y en esta ocasión pensamos que nada mejor que una rosa comestible. Por eso dimos forma a esta elaboración”, destaca Ramírez.